miércoles, 13 de octubre de 2010

Entre pecho y espalda

Debato mucho con mi amigo badalonés Gerard Pastor Vives sobre la conveniencia de que siga siendo jugador de baloncesto. Le digo siempre que es inigualable el disfrute que obtendrá de su actividad y que cuanto más tarde lo deje, siempre que se vea con fuerzas y aptitudes, no elija otra cosa relacionada con este deporte. Es un júnior de segundo año que se le pasan ya, como a otros jóvenes, pájaros por la cabeza para ser entrenador cuando todavía le queda mucho que disfrutar y mucha juventud por delante.
Hace unos días una madre que había llevado a su hijo al campus de Sierra Nevada de Estudiantes en verano me comentaba algo asustadiza que a su vástago lo que más le había gustado era la actividad del taller de arbitraje que impartimos desde hace ya siete años en tierras granadinas.
Me llamo la atención que se asustara de que a su hijo pequeño le gustara la figura del árbitro tan pronto. Tal vez, y sólo tal vez, el exceso de proteccionismo hacía su hijo y lo mal que todavía se ve a este gremio en “nuestro mundillo” entre padres (que han visto o jugado “otro” baloncesto) conlleva un riesgo para la elección libre de su hijo para elegir él mismo lo que más le puede gustar y no necesariamente seguir los pasos de sus padres o de la gran mayoría de las personas que siguen proyectando sus vidas en la de sus hijos cuando la realidad nos indica que jamás podrán ni soñar en que se convertirán. Y sólo buscan que su hijo ocupe una posición en que se les respete y la de árbitro no entra en “sus planes”.
En 1991 quise ser entrenador y realice mi primer curso de entrenador cuando tenía 18 años. En 1992 también realice mi curso de árbitro pues quería realizar ambas actividades por igual.
Aquel 1991 fue el año que vimos fallecer a todo un mito de este deporte en el banquillo de una manera cruel, valiente pero innecesaria y temeraria. Ignacio Pinedo fallecía en el banquillo del Real Madrid un 20 de marzo y aquello yo lo viví como un acto de valentía y creí ver morir “al torero que sale a la plaza” (adolescente todavía y pardillo era yo) pues conocía la intención de Ignacio de querer “morir con las botas puestas” tras superar hasta en tres ocasiones un cáncer.
Lo que no sabía es qué un solo año después (1992) empecé a escuchar en boca de una hermana médico misionera palabras como: “angina de pecho”, “by-pass”, “stent”, “arteria circunfleja” y esos términos que no me interesaban en nada, para poderme explicar lo que le ocurría a un familiar mío que salvaba la vida de milagro en Bilbao en unas circunstancias “algo” parecidas a la triste noticia de Pinedo.
Siempre me inculcaron que estas personas eran ganadoras, que todo lo que hacían era exitoso y yo quería emularlas. Pobre de mí y menudo camino acababa de elegir.
Está claro que se habían sometido, entre pecho y espalda, a un duro trabajo y habían realizado excesos de estrés en este deporte y en este puesto de entrenador tan desagradecido, ingrato y cruel, era su pecho en forma de corazón el que terminaba sufriendo toda esa exacerbada pasión. Uno murió, otro sigue vivo porque no tenía esas “botas puestas” absurdas en el momento, pues seguro hubiera seguido lo mismos pasos. Los dos compartían filosofías pues el segundo fue asistente del primero en Estudiantes años ha…
El tiempo pasa demasiado deprisa y han pasado casi dos décadas. Creo que los entrenadores somos eternos perdedores después de pasado este tiempo y después de reflexionar demasiado sobre su figura y mis vivencias también. Jamás recibes todo lo que das, ni siquiera tu satisfacción intrínseca compensa el sacrificio que llevas a cabo. Con veinte años no se ven las cosas igual que superado el ecuador de la treintena y ahora pienso que el entrenador ocupa un lugar muy relegado en nuestro deporte. Su pecho lo aguanta todo y todo lo que ahí se queda se acumula en pérdida de salud.
En el otro lado (la espalda) está el árbitro del siglo XXI (al del XX le deben la lucha de donde están) y creo, sinceramente, y, después de mucho tiempo practicando ambas actividades, que para el entrenador son tiempos revueltos y que el árbitro le está comiendo terreno tanto en recompensa en lo deportivo, económico y hasta de preparación(al menos en formación amateur). Hay más árbitros en época de crisis y hay menos entrenadores titulados y preparados. Los no titulados siguen ocupando puestos de entrenador superior por lo que todo es todavía más absurdo.
Un árbitro dudo que sufra lo que un entrenador. Sufrirá en 40 minutos posibles insultos y menosprecios de algún/os tipejos que aparecen de vez en cuando que ni conoce (“¿hace daño quien quiere?”) pero en cuanto acabe el partido, ese partido se lo echa a la espalda(nunca al pecho) si no hay incidencia alguna.
Y pasara a la siguiente faena sin que su corazón tenga que sufrir porque ganes, pierdas, tus jugadores estén contentos o no, los padres les caigas de una manera u otra, si hay problemas con algún tipo de incidencia post partido o si fulano quiere más protagonismo en un partido. Te podrás ir a tu casa con mejor o peor sabor de boca pero SOLO te aguantas a ti mismo y tu conciencia. Algo superable y más llevadero si es que las cosas no te han ido bien, pero lo normal es que te eches todo a la espalda. Para un árbitro no existe el término “entre pecho y espalda”. Tiene las espaldas bien cubiertas si aplica psicología en su actividad y sabe cómo se aplica un reglamento o como no llegar a complicarse con el mismo (eso es un arte también cuando se conoce mucho el juego)
Entre el pecho (del entrenador) y la espalda (la del árbitro) se encuentran órganos que matan. Desde la perspectiva de este último sólo hay diferencias de cultura de este deporte en la sociedad todavía más cercana “al espectador del partidillo de las cinco de la tarde de fútbol” que de un deporte que todavía considero es muy desconocido para muchos más espectadores que tenemos (más licencias, menos nivel, más demanda de entrenadores y más padres). A mí me gustaría escuchar, realmente (como entrenador y árbitro de formación que soy) a un padre/madre cuando se sube a un coche de vuelta a casa y habla de un partido con su hijo/a. ¿Se seguirá realmente acordando del árbitro que igual no ve más en todo el año o, sinceramente, hablaran a su hijo/a del entrenador que “aguantan” toda la semana y del cual depende de que su “diamante” siga jugando? Creo más en lo segundo por innumerables comportamientos vividos post partido tanto vestido de calle como de gris.
Entre el pecho y la espalda sólo tienes que elegir qué lugar quieres que sufra más en tu cuerpo.
(…)Mi sueño es que los jugadores solucionen ellos cada situación, porque durante el partido tengo poca capacidad de intervención. Si dispones de los cuatro o cinco jugadores importantes, puede llegar a pasar. Algunos, sólo con hacer un gesto ya lo cogen. Porque yo no tengo tiempo de intervenir. Yo, en el fondo, durante el partido sólo intervengo en el descanso, no tengo posibilidad para estar, no me oyen, no me escuchan (…) Pep Guardiola. Entrenador F.C. Barcelona. En “El periódico”. Lunes 4 de octubre de 2010.

miércoles, 25 de agosto de 2010

La pasión no es turca

Se termino la pasión. El mismo día en que todos adelantaban el partido de la revancha contra EEUU el 22 de agosto, va a pasar a ser el partido recordado por la gran ausencia por lesión, una vez más, de Calderón.
Yo ya lo indique hace ya unos años en mi artículo Borrallo en Basketconfidencial. Allí venía a decir que el base pacense tenía muy mala suerte con las lesiones. Por desgracia, el futuro desde ese artículo (el cual me agradeció pero del que nunca estuvo de acuerdo conmigo cuando citaba la palabra lesión), ha sido nefasto para el humilde jugador de los Raptors.
Contra EEUU, Calderón realizo el peor partido de su vida en la selección. Un -5 en su valoración lo dice todo. Algo le dolía ya, pero su generosidad, profesionalidad, humildad y ganas de defender a España, posiblemente, le mantuviera en el campo hasta que su bíceps femoral dijo basta y la caja mágica se convirtió en la caja de los truenos para todos los españoles de este deporte.
España se queda sin su mejor jugador, sin el jugador que a pesar de no estar bien, ha jugado el que más minutos de todos (180). Después de la ausencia voluntaria por segunda vez de Gasol, sólo nos quedaba el mejor NBA y para muchos, entre los que me encuentro, el mejor base que hemos tenido nunca. Un jugador que jamás renuncio a la selección y que, solamente las lesiones le han dejado fuera desde muy joven: Lisboa´99( júniors de oro), Polonia´09 y Turquía ´10 son ausencias injustas y medallas perdidas de manera involuntaria. Otros jugadores inmersos o no en la selección si han renunciado a la misma.
El daño para el equipo nacional es tremendo y para Scariolo debe de ser un auténtico suplicio. El seleccionador transalpino estoy convencido que esperaba, como tantos, que Calderón fuera precisamente su hombre en Turquía. Su confianza ha sido ciega y a nivel físico es un jugador irreemplazable.
Ese "blanco con piernas de negro" y ese " Mr. Catering" (el comentarista que más valoraba a Calderón es la ausencia insalvable y por eso tampoco Turquía será ´´pasión´´).
¿Quién parara ahora a los americanos (sean Argentinos o de los Estados Unidos) por fuera?, ¿las piernas de Ricky, las de Rudy, Navarro, o las de Raúl López ahora? Llull es el único jugador que responde físicamente. No creo que Mumbrú este para defender en el perímetro, ni Claver y menos Garbajosa. San Emeterio es otro jugador capacitado pero no será muy utilizado. España es un equipo netamente ofensivo con un entrenador de corte defensivo. Una cosa rara, vamos.
Turquía 2010 es muy diferente a Japón 2006. No es la ausencia de Gasol únicamente (ya faltó con Pesquera y al final le costó el puesto al entrenador que casi evita, precisamente, el honrado Calderón con aquel triple frontal contra Alemania en 2005).
Es la química lo que falla. Este equipo es extraño, es frágil en defensa, los pequeños no defienden bien y contra USA eso fue una evidencia pues una vez rebasadas las ayudas, estas segundas jamás llegaban. Tal vez, el problema estriba en que no debería de ser tan fácil rebasar la defensa del hombre balón. Y eso es físico.
La pasión por este equipo baja, hemos perdido al "segundo americano " del equipo y sin "americanos" no se puede (me recuerda a esa liga de primera b de antaño donde perder al americano te suponía perder el partido cuando sólo había uno por equipo y había que cuidarles con algodones).
Gasol y Calderón a nivel físico-táctico eran los que podían aguantar el tirón y llevar a la selección a esa exigencia que te da la alta, larga y grande competición mundial. A los yankees ya no les hace falta que les dejen de pitar los pasos (gracias Arteaga por sentar cátedra de personalidad de árbitro español ACB en este partido y pitar lo que ves). Ellos saben que el crédito se les término en Pekín y que ahora no pueden insultar más al baloncesto del resto del mundo después de robar en su año de redención el oro en Pekín. Ya el “mORO” que queda, a lo mejor, lo ganan legalmente. Ellos cambian toda la plantilla al 100% e intentan ganar con el equipo b, pues eso es algo que les vuelve locos. La autosuficiencia a demostrar por el yankee siempre reside en ganar con lo peor posible. En todos sus frentes. Sea deporte o no. Y esa es su motivación. Una competición con una gran doble moral. Por eso se acabo la pasión que había de antaño. Vivimos una selección en plena decadencia como el propio campeonato y sus innumerables ausencias. Ojalá me equivoque de lleno. Lo deseo. Pero siento que llega la hora de la recesión. Y se renueva, o se muere.
"Si no eres parte de la solución... eres parte del problema."
(Les Luthiers)

lunes, 26 de julio de 2010

El Corazón del Ángel

08-01-2006 03:26:08
Gonzalo A. Gómez Valcárcel

1987. Alan Parker, gran director de cine, lanza a la gran pantalla la película que da título a este artículo. No fue una obra de arte porque, entre otras muchas cosas, es un film muy desagradable que habla de las posesiones del alma de los hombres, y de la venta de la misma al diablo.

Pasados casi veinte años, la película vuelve a 'realizarse' en España, pero con distinto director y diferentes protagonistas. Es como si hubieran hecho un 'remake' anticipado, antes del medio siglo de su producción.

Confundimos ficción con realidad y muchas veces tenemos la impresión de que va por delante lo primero. Y es que hay ocasiones en las que la ficción es tan real que nos cuesta una barbaridad diferenciarla.

Los lectores de este portal se preguntarán: “¿De qué va este tío?, ¿Qué nos esta contando?, ¿Qué tendrá que ver esta película con el baloncesto?, ¿Por qué escribe aquí y no lo hace en una revista de cine? ¡Qué pesado! ¿no?”

La verdad es que todas estas peguntas me las hago yo también, pero tengo la necesidad de explicar los paralelismos que existen entre una película, con sus personajes, y lo ocurrido hace muy poco en nuestro baloncesto patrio. Sí; ese baloncesto en el que mandan los señores de la FEB y que toman, a veces, decisiones un tanto demoníacas. Por eso la ficción se me ha adelantado por unas horas a la realidad y me cuesta mucho despertar. He aquí mi pesadilla:

Diciembre de 2005.

El señor Pesquera es destituido como entrenador del equipo nacional (vaya esta expresión en memoria del gran Díaz-Miguel).

2 de enero de 2006.

Se estrena en España el 'remake' de la película 'El corazón del ángel', aunque como suele pasar en el mundillo del cine y de las traducciones, hay lugares en donde piensan que la película se llama 'El corazón de Ángel', probablemente porque al ver la cinta se dan cuenta de que el gran protagonista es un hombre llamado Ángel precisamente.

Este día podemos ver cómo el director de este 'remake', el Sr. Alan Sáez, dirige con habilidad su peliculón: Primero, está decidido a darle el papel de protagonista a un actor consagrado como Mario Pesquera y que ha interpretado con él diferentes filmes rodados en la antigua Grecia, así como en un lugar tan inhóspito como Serbia. Pero llega la ruptura con este pequeño pero gran actor de inmensa y dilata experiencia, y el director prefiere trabajar con actores nuevos como pueden ser el señor Martínez, que acaba de dejar un rodaje a medias en Vitoria o el señor Louis Hernández, que se encuentra en esos momentos sin papel alguno. Todo para encontrar al adecuado, para ser su detective-entrenador 'in the movie'.

El gran director se asesora para otros menesteres, pero tiene muy claro quién desempeñará el papel protagonista y, a su vez, el rol de actor de reparto, a pesar de que sabe que en la película del 87 tienen casi la misma importancia. Un actor que comenzó de la mano de él mismo es elegido para encarnar el papel que interpretó Mickey Rourke antaño: 'Henry' Ángel Palmi es el elegido. Una dilatada carrera como actor polémico le ha valido el trabajo más comprometido, retorcido y enrevesado del celuloide.

Pero el director tiene una idea diferente sobre el film. Quiere para el papel interpretado por Robert De Niro al actor novel favorito y se lo ofrece al Sr. Louis Hernández, ideal por su parecido a Belcebú (con esa barba tan frondosa), y por esa personalidad tan indefinida que hace dudar al espectador si es bueno o malo y que dará un toque especial a la película. Es posible que el actor novel no consiga estar a la altura del De Niro del 87, pero este papel en España no lo puede realizar nadie mejor.

La producción de la misma corre a cargo del señor Gaby Caño, que es el que tiene la 'pasta' de los capitalinos y, aunque no se sepa de dónde se saca, lo importante es que la hay. Al fin y al cabo, si se gana un Oscar o alguien da una medalla, ya se tendrá dinero para devolverlo. El reparto es el mejor posible, ya sean protagonistas o extras (casi todos los extras tienen un Oscar y un Oro), y eso da razones para jugársela.

En este 'remake', el señor Alan Sáez cambia los papeles. 'Henry' Ángel Palmi será el que contrate los servicios del Sr. Louis Hernández para que éste se vaya a Japón a buscar a un desaparecido, un hombre llamado `Oro´ y del que sólo se conoce su nombre porque jamás se le había visto antes. Henry Ángel Palmi tiene que subir los honorarios del Sr. Louis Hernández según pasa la película porque este hombre quiere desistir continuamente. De hecho, dimite dos veces a su paso por Madrid, pero ahora le llega la hora, tal vez…

'El corazón del ángel' se hace cada vez más de cartónpiedra y el señor Louis Hernández vende su alma al diablo si es necesario para lograr su objetivo de encontrar al señor `Oro´. Si es preciso acabará con otros que buscan, y dicen que encontraron, a ese señor inexistente. Dicen que en Lisboa se le vio por última vez, pero a partir de ahí no se conoce su paradero. Es posible que en Madrid acabasen con ese personaje, y en el transcurso del film aparece una plaza de toros donde, tal vez, es cogido por un miura, pero la duda del protagonista es saber si fue él, el que lo mató, o fue en otras circunstancias. La verdad es que eso pertenece al pasado y ahora lo importante es buscarlo en Japón.

Está claro que no sólo existe un único corazón de ángel, ni tampoco un sólo ángel sin corazón. Hernández denota que es elegido por unas características especiales, y que tal vez no es el mejor detective, pero lo que importa es que se amolda a lo que quiere Henry Ángel Palmi de él. Lo meritorio no es que alguien sepa buscar bien, lo verdaderamente importante en este mundo es buscar junto a tu alma gemela. Puedes ser un gran detective, pero nunca seas persona opaca. Sé transparente ante el jefe, deja mandar y mandarás aunque abandones las pocas ideas que tienes.

Muchas veces todo llega por el trato exquisito, nunca por ser uno mismo. Eso está trasnochado y esos detectives que iban con la verdad por delante, jamás pueden trabajar con Henry Ángel Palmi. Ya sea porque no se adaptan, y el mundo no es para inadaptados, o porque hay que encajar aunque para ello sobre cuerpo y corazón. Lo verdaderamente crucial es el fin. Los medios no importan ya cómo sean. Esta película se parece a la original. Su final es muy complejo, difícil de entender, retorcido y demoníaco.

Lo que sí parece es que todo es muy ficticio… Lo único que tengo muy claro, personalmente, es que los 'demonios' dirigen este cotarro y mientras el corazón sea del 'Ángel' me parece que nuestro querido país olerá algo a podrido en lo que a baloncesto se refiere. Y habrá que ir con los jugadores, porque lo demás estará de más. Ellos mandan, con su Ángel… ¿exterminador? ¡Ah!, perdón, eso es otra película.

*NOTA: Pido disculpas a todos aquellos que no entienden ni JOTA de este artículo. Es posible que necesiten leer la sinopsis de esta película, si no la han visto. Yo tampoco entiendo por qué no están los mejores representando a nuestro país. Y eso sí que es peor.

domingo, 25 de julio de 2010

Colores primarios

Badalona 18, 19 y 20 de junio de 2010. Fase final A 6 de una competición menor para las federaciones (estas sí que organizan los campeonatos escolares de su comunidad, al menos en Madrid), pero mayor para la ACB y de una importancia singular para la mejor liga después de la NBA. Badalona ha sido el escenario de esta fase final por primera vez fuera de Madrid en nueve años (2002-2005 la inventa la fundación Estudiantes, actividad que crea y dirige Pablo Martínez; y ya en 2006 la ACB se hace con su organización hasta el día de hoy). En todos estos años la fase final es en Madrid. Badalona ha sido el ejemplo de como se pueden hacer las fases finales de una competición con una organización modélica, con todos los medios puestos al alcance de unos jugadores, técnicos, árbitros y padres para que se sintieran como si de algo más que un campeonato de España se tratara, sin nada que envidiar a lo que se ve en ciertos campeonatos de este tipo en esas categorías de base. El simple hecho de que existiera un ambiente cordial entre colegios venidos de todas partes de España y que la relación entre ellos fuera exclusiva de amistad ya lo considero un éxito por parte de la organización. Si a ello unimos que vas a la cuna del baloncesto y que sólo acudir allí y disfrutar de lo que la ciudad te prepara, el premio para, al menos los componentes de mi equipo, el Ramiro de Maeztu, era lo máximo a lo que podíamos aspirar. El resultado de la actuación se redujo en seguida a un segundo plano, aunque por lógica, nosotros teníamos la presión y hasta "la obligación" de llegar hasta la final.
Viajar desde el polideportivo Magariños a las 6 de la mañana de un viernes, llegar a comer a un hotel de cuatro estrellas, ver el partido inaugural acto seguido, acudir a la célebre Carpa Titus-me recordó mucho al pub, ya desaparecido, de baloncesto "Rebote" de Madrid- con los seis equipos de chicas y los seis equipos de chicos de Badalona, San Sebastián, Manresa, Valencia, Santiago de Compostela, Murcia, Madrid y Málaga (Guipuzcoanos, santiagueses, malacitanos y madrileños clasificaron tanto a chicas como a chicos). Después de Carpa Titus, a dormir para competir al día siguiente.
Se compite y cada equipo hizo lo que pudo hasta el final. El fracaso no existió y no creo que nadie pudiera sentirse así en una actividad donde prima lo lúdico, la diversión haciendo un deporte que aman los chavales, las aficiones viajando para ver a sus equipos (gracias pequeña Demencia por venir y animar al colegio, colegio al que jamás le abandonaste y donde naciste). Fue un torneo donde vi caras tan entrañables e históricas como las de Villacampa, Portela (ese señor que fue entrenador antes que presidente de la ACB), Margall, Franco Pinotti, todo un referente periodístico de años "a" para mí y de los pocos buenos periodistas que nos quedan…etcétera. Me pareció simpático ver al hijo de Rafa Jofresa en Badalonés (no pudo jugar por lesión) pues es una “fotocopia” de su padre, o que me pitara el partido final el hijo de Víctor Mas que es otra “fotocopia” más del padre. Aquello me pareció tan familiar que, a pesar de estar a más de 600 km de mi casa, jamás eche nada de menos Madrid. El baloncesto une por estas actividades, y los colores de cada equipo se convierten en primarios para cada centro escolar. El rojo de Colegio Badalonés, el azul del Ramiro, el rojo y blanco del SEK de Málaga, etc. Allí no estaban los colores del deporte del fútbol. No había blancos pues el blanco además es la ausencia de color, ni azulgranas- ningún equipo llevaba dos colores en sus camisetas- y por un momento me pareció el torneo por excelencia que se podía hacer exclusivo de baloncesto pues ni el Barcelona tiene colegio propio ni el Real Madrid tampoco, y uno que es de Ramiro desde “peque”, agradece que en los colores de la camiseta haya sólo colegios o "cunas " (bressol en catalán).
Uno que ya lleva seis torneos con Ramiro como entrenador de manera altruista, y que vivió de lleno su nacimiento junto a la fundación Estudiantes, se alegra de que los badaloneses hayan tenido la suficiente sensibilidad y que lo hayan trabajado tanto y tan bien, para que un torneo amistoso y amateur, haya calado tanto en los jugadores y técnicos que allí estuvimos. Fue una actividad realizada por profesionales ACB hacia chicos amateurs. Algo que desde hace muchos años se había olvidado. Recuperar valores perdidos en el baloncesto de base es el mejor regalo posible. GRACIAS BADALONA.
Quería dedicar este espacio final a Pablo Martínez porque sin él y sus ayudantes, jamás hubiéramos viajado a Badalona. El Ramiro no tenía número 4 en su plantilla. Este pertenece a Pablo desde que "jugaba" con nosotros…y lo retire porque era su número, el primero.

sábado, 24 de julio de 2010

EL AÑO QUE FELIPE NO FUÉ ´´REY´´

04-04-2004 01:24:17
Gonzalo A. Gómez Valcárcel

Felipe Reyes, campeón del mundo junior en 1999, se formó en la prolífica cantera del Estudiantes, donde empezó a jugar en la categoría de minibasket. Su formación académica, como todos saben, fue en el Ramiro de Maeztu. Todo el mundo conoce estos datos generales, pero les voy a contar una historia que viví muy de cerca y que muy pocos la saben.

En la temporada 93-94, Felipe era integrante del equipo infantil del Estudiantes que se clasificó para el Campeonato de España. Concluye la temporada, unas semanas más de entrenamientos y hasta la campaña siguiente. Entonces, cara a la 94-95, todo aquel equipo infantil A se somete a las pruebas pertinentes para entrar en el equipo A de su nueva categoría, ya cadete, concretamente el que sería el conjunto B en el club madrileño. Yo era el entrenador ayudante de ese equipo, mientras que el jefe era Manuel Núñez, que hizo un gran trabajo durante su etapa en el club. Pues bien, Núñez tomó la decisión –que yo apoyé– de que Felipe Reyes no reunía los requisitos para ser elegido entre los doce jugadores de ese año y decidió relegarle al equipo B de su edad, concretamente el cadete D del Estudiantes (A y C eran los de segundo año cadete, y B y D, los de primer año).

No nos ofrecía Felipe todas las garantías tras su etapa infantil. Medía lo mismo que un escolta de su edad, tenía una rodillera en la pierna derecha y le habían diagnosticado una dolencia relacionada con el crecimiento. O sea, que Felipe ese año no estaba para "reinar", y tuvo que conformarse con jugar muchos minutos en el equipo B de su edad y en una categoría federada de Madrid de las más débiles, ya que por encima había un total de 48 equipos.

Creo que ese año supuso para Felipe una cura de humildad que le llevó a tener un afán de superación que no tiene límites. Aquella fue una decisión complicada, ya que su apellido, con Alfonso triunfando en el Unicaja tras su paso por el primer equipo, pesaba bastante.

A la siguiente campaña, la 95-96, Felipe llegó desconocido después del verano: superaba los 1,90 metros y superó las pruebas con suficiencia. Lo fichó el mismo entrenador que le relegó un año antes y la suya fue la única incorporación nueva al equipo: se dio de baja a un base para que le dejara la plaza a él. Y este equipo cadete llegó al Campeonato de España con "La Bomba" Navarro (subcampeón con el Barcelona); Raúl López (campeón con el Joventut) y casi todos los del 80 famosos ahora (no entonces). Nos faltaba Pau, que ya saben que "apareció" tardíamente, en la categoría junior.

Yo ya no era ayudante de Núñez y me quedé sin ser entrenador de Felipe, pero siempre estaré orgulloso de haber compartido y tomado una decisión que siempre creímos que le cambió a mejor.

Para terminar, una curiosidad: ¿Qué número lleva Felipe en el Adecco Estudiantes? El mismo que sobraba aquel año en el que volvió a ser "rey": el 9. Algo, por tanto, habrá de cierto en la teoría de aquellos dos entrenadores, ya que el número favorito de Felipe Reyes es el 7.

¡Suerte, campeón!

viernes, 16 de julio de 2010

PANCHO JASEN Y LA FIGURA DEL ÁRBITRO

El último día del mes de mayo tuvimos la oportunidad y la suerte de poder entrevistar, con la ayuda inestimable del siempre infalible Jose Canales “Pilas”, alma y creador de los campus de ´´La cima del baloncesto´´ (desde hace doce años), al capitán del Estudiantes Pancho Jasen y le preguntamos sobre la figura del árbitro y en concreto incidimos más en los colegiados que le arbitran de la ACB. En el campus del club, que se está desarrollando en estos mismos momentos en Sierra Nevada (Granada) hasta el 19 de julio del año en curso (desde el 26 de junio) se desarrolla un taller de arbitraje que tiene siete años de vida y que lo realizan siete árbitros de la Federación de Baloncesto de Madrid. Esta entrevista se transcribe en su integridad y con el permiso del jugador en cuestión.
Pregunta: ¿Qué opinas, Pancho, de la figura del árbitro en baloncesto?
P. J.: ´´Yo creo que es una parte muy importante tanto como son los entrenadores y los jugadores y hacen que la calidad del baloncesto sea muy alta´´.
P: ¿Consideras al árbitro un deportista más?
P.J.: " Yo si lo considero un deportista más, creo que los árbitros son muy importantes y los considero un colega mío”
P.: ¿Qué consejo le das a un jugador del campus que tiene entre 8 y 18 años-edad con la que se acude a este campus-?
P.J.: " Un jugador siempre puede hablar u opinar pero lo importante es que se tenga respeto hacía el árbitro. El jugador debe saber transmitir un mensaje adecuado al árbitro, no tanto en el contenido del mismo mensaje, pues el árbitro puede equivocarse al igual que el jugador, pero lo más importante es tener respeto a la hora de comunicarte con ellos "
P: ¿Crees que es bueno que un árbitro haya jugado con anterioridad al baloncesto antes de realizar su labor?
P.J. " Para mí sí que es importante. Siempre que te encuentres familiarizado con lo que es el baloncesto y haberlo practicado como jugador te da una ventaja en el momento de poder convertirte en árbitro pues vas a vivir experiencias que las viviste como jugador y eso puede ayudar a cualquier árbitro a ser mejor "


P : ¿ Qué es lo que más valoras de un árbitro ?
P.J.: " Yo, lo que más valoro de un árbitro es la honradez y lo que es empatía. Honradez porque los árbitros tienen todo el derecho del mundo a poder equivocarse, al igual que nosotros fallamos canastas. Lo importante es que ellos te dicen y reconocen en muchos casos que se han equivocado y eso es muy importante. Sobre el hecho de la empatía me parece importante que ellos saben lo que le sucede a un jugador en momentos puntuales y los árbitros que manejan bien esas situaciones, para mí, son considerados los mejores "
P: ¿Animarías a un joven a probar el arbitraje después de su etapa como jugador?
P.J.:" Si que animaría a que arbitrara porque el baloncesto seguro que es un deporte que le gusta, que lo ama y que lo disfruta y siempre que se haga una actividad relacionada con un deporte que a uno le gusta me parece muy bien y si no puedes ser jugador porque las condiciones no te lo permiten o tampoco puedes o no quieres entrenar, o incluso, habiendo dejado de jugar profesionalmente no veo descabellado poder arbitrar y considero que debe de ser un mundo muy bonito"
P :¿Quién sufre más para ti en un campo de baloncesto, el árbitro o un entrenador ?
P.J. " Considero que sufre más un entrenador que un árbitro. La razón principal es que los entrenadores tienen un interés porque su equipo gane, por conseguir la victoria, sufren en muchos momentos del partido. Los árbitros considero que no lo sufren, les gusta lo que hacen y no tienen ningún interés porque gane uno u otro así que para mí siempre sufre más un entrenador"
P :¿ Crees que es bueno tanto cambio en el reglamento como estamos teniendo ?
P.J.: " Personalmente creo que no es bueno porque creo que puedes llegar a confundir a los jugadores. Pongo un ejemplo: las líneas del semicírculo, es una norma que ponen y quitan según la temporada y creo que es bueno que haya una continuidad en las normas y eso hará que los jugadores no nos confundamos y si nosotros nos liamos también hay que comprender que los aficionados no conozcan estos repentinos cambios y que sean los más confundidos y eso no es bueno "
P : ¿ Aportaría a un equipo profesional entrenar con un árbitro ?
P.J.: Para mí sí. Creo que nos puede servir para ir adaptándonos para lo que nos podemos encontrar después sobre todo en las correcciones. Entender y meternos en la cabeza de un árbitro es importante pues entenderíamos mejor las reacciones, lo que puedan pitar, las decisiones que tomen. Yo no lo he hecho nunca pero creo que sería una opción interesante"
P.: ¿Cuál debe ser el comportamiento de un jugador de formación en una cancha de baloncesto?
P.J.: " La de no perder jamás los nervios. Saber que las pulsaciones están muy elevadas y debes de contar hasta diez antes de dirigirte a un colegiado. Lo que debes hacer es jugar y abstraerte de lo demás.
P : Antiguamente se consideraba que el árbitro era un mal necesario. En el momento actual, y más en la ACB, el árbitro ha evolucionado muchísimo y es casi un bien imprescindible. ¿Tú lo crees así Pancho? Y de paso, ¿crees que es bueno que el árbitro siga tomando las decisiones aunque por ello no deje de haber errores humanos o prefieres que se metan “máquinas” como en la NBA para poder resolver partidos?
P.J. : "Siempre. Los árbitros también podrían solicitar que los jugadores fuéramos maquinas, que metamos todas las canastas y que no nos toquemos, por ejemplo. Me parece bien que existan aparatos como el “instant replay”, ese sí. Si esta ´´quedado´´, esta para ayudar y a veces en situaciones difíciles es bueno. Estamos en un baloncesto tan profesional y hay tanto en juego que no se pueden dejar situaciones al azar y el árbitro se puede equivocar y todo lo que venga para ayudar me parece bien pero siempre y cuando no sirva para que sea un juego donde todos los componentes del juego se puedan equivocar pues el baloncesto podría perjudicarse mucho por ello".
P : ¿ Crees que el árbitro de baloncesto debe de ser profesional ?
P.J.: " Me parece que eso es bueno porque enriquecería más a los propios árbitros. Estamos hablando de la mejor liga de Europa, segunda del mundo, por lo que creo que con más calidad aportemos los jugadores, entrenadores y árbitros, encontraríamos una liga de una calidad aun mayor de la que tenemos. El profesionalismo potenciaría la figura del árbitro y ayudaría a atraer a jóvenes hacia el mundo del arbitraje de una manera muy positiva"
P : ¿ Te parece que un partido puede cambiar en función del trío de árbitros que en ese momento te toquen en un partido ?
P.J.: " La opinión mía personal es que no voy pensando jamás en ello y no miro las designaciones y tampoco me fijo en si el arbitraje pueda ser casero, no casero, más duro, permisivo. Lo que uno intenta es salir a jugar y hacer el máximo. Puede haber momentos en que se nota la rigurosidad. En unos partidos notas que se permite un poco más, en otros menos, pero los jugadores ya somos muy inteligentes y ya sabemos cómo va a ser el partido y si se van a permitir más contactos y otros donde pueden ser más estrictos"
P: ¿Sabéis “quién es quién” en cada partido?
P.J.: "Si, sabemos quiénes son, igual que ellos saben cómo somos nosotros pero lo importante es saber si te van a permitir bloqueos defensivos en el lado débil, como van a tratar la defensa del poste bajo, o si dejan meter más la mano o no. Creo que el jugador que sea más inteligente y se sepa adaptar al arbitraje es mejor que el que no lo hace.
P: ¿Te gusta el nivel que tienen los árbitros ACB?
P.J. "A mí me parece muy bueno el nivel ACB pues creo que son de lo mejorcito y van a ir mejorando año tras año y es clave que tanto ellos como nosotros nos adaptamos con reciprocidad al otro”.
P : ¿ Recomiendas al jugador que no se signifique ni para bien ni para mal en un campo de baloncesto ante los árbitros?
P.J.: " El chaval que juegue y que se olvide del arbitraje. Lo que tienen que hacer es jugar, disfrutar, pasarlo bien y nada más. Debe el jugador estar preocupado de como tener que defender, como atacar por los movimientos, como para estar encima pendiente de los árbitros. Cada uno asume su papel, el jugador el suyo, el entrenador también y el árbitro lo mismo"
*Esta entrevista la realizamos y grabamos en vídeo en el polideportivo Antonio Magariños de Madrid el 31 de mayo de 2010 y le quería dar las gracias al propio Pancho Jasen por su accesibilidad. También me quería acordar de Anna Cardús (Barcelona) y de Emilio Pérez Pizarro (Ciudad Real), árbitros ACB, por ayudarnos a acercar más todavía al árbitro a los jugadores y entrenadores, tarea ardua y donde queda mucho por hacer todavía, en los campus de Estudiantes en Sierra Nevada (Granada).

miércoles, 9 de junio de 2010

La júnior, esa ´´novia´´ que perdimos para siempre

Me educaron así. Nacer con el ‘baloncesto en casa’ tiene estas cosas. Siempre escuché desde pequeño, cuando este deporte podría ser tan minoritario como el balonmano (un día echaremos de menos ser como ellos; cuanto más cerca del lamentable fútbol estemos), a los entrenadores decir (los más locos, que eran ‘cuatro’) que el baloncesto era como su novia, que podían tener mujeres e hijos, pero que este deporte era de lo que verdaderamente estaban enamorados por completo.
Esto no lo entendí nunca muy bien, pero al cabo de los años te conviertes en parte de esa misma locura. Empiezas a jugar y no lo dejas hasta sénior. Haces tus años de premini, mini basket, preinfantil, infantil, cadete, juvenil, júnior y… cuando estabas para jugar tu segunda temporada de la categoría, van y la quitan justo cuando uno, sabiendo que tal vez no va a llegar a nada, quería jugar sus últimos años de cantera. Era como si te arrancasen de cuajo esa ‘novia’ de la que me hablaban esos locos entrenadores.
Fue el maldito 1992, año olímpico barcelonés, cuando se cargaron y mataron a la mejor categoría que teníamos de siempre y que nos podía ayudar a alcanzar, a lo mejor, categorías superiores del baloncesto español. No necesariamente la más alta (ACB).
Circunstancialmente es ahora cuando los mal nombrados júnior –en los ayuntamientos los llaman juveniles– del año 92 se marcharán este año a ligas (que ni de desarrollo las podríamos nombrar) de la categoría más diversa sin saber que, cuando ellos nacieron, se tomó una de las decisiones más dolorosas y controvertidas que jamás se ha sabido subsanar con nada.
Los entrenadores ACB iban a ver directamente a jugadores para ficharlos cuando tenían 20 años en los campeonatos de España, ya que alguno le podía echar una mano en sus equipos o podían ser cedidos. Esto hacía que no hubiera tanto agente también (otra lacra que no tenía que haber sido jamás necesaria en chavales jóvenes y que ahora parecen ser los ´´salvadores´´ de estos cuando no cabe tanto jugador ni hay tanto nivel).
Ni el invento de la liga española de baloncesto amateur (E.B.A.), ni las posteriores Ligas Españolas de Baloncesto (LEB), LEB 2, y no digamos la ya la LEB ‘bronceada’ que se inventa Palmi, después del ORO japonés, que dura sólo dos años, o los circuitos sub 20, que son los que realmente intentaban poner la ‘tapadera’ a estos años, mitigan el problema que requiere que dé el salto un jugador en edad juvenil (seamos serios y dejemos de engañarnos y llamemos a las categorías por su nombre) a categorías sénior de un cierto nivel. ¿Dónde va un jugador de 18 años con nivel técnico muy bueno si no puede reunir un físico demandado? A ninguna parte. A ligas menores para dejarlo tarde o temprano según le dicte la vida, y ya no tanto el baloncesto.
Badajoz 90, Bilbao 91 y La Coruña 92 son los últimos campeonatos de España júnior existentes reales de la categoría. El salto que se tiene que dar para que el campeonato siguiente se celebrara en Pinto (Madrid) en el 95 como ‘falsa’ júnior y verdadera juvenil es de tres años, los años justos que tardan en inventar la citada LEB, un auténtico sucedáneo al lado de la Primera B casi profesional que existía antes por debajo de la ACB. Ese año uno ya está entrenando y han pasado quince años.
Me da pena, mucha pena, ver a jugadores míos y de cientos de equipos que no ven salida después de este año y que han nacido en el año 1992, ese año maldito en el que, después de escuchar tantas teorías y excusas de directivos, se decidió dañar al baloncesto de base de una manera irreversible.
‘Extraterrestres’ hemos tenido como los del 80 (dignos de estudio) y algunos sueltos que vienen después, pero en general el jugador ve limitada desde hace ya 18 años (cómo pasa el tiempo) su progresión y su visión de futuro en este deporte. Y este es el gran engaño al que nos sometemos. Nos creemos que porque ganemos unas medallas efímeras del color más reluciente posible nos evitamos a la vez ver, en nuestro país, el bosque tras la arboleda y nos creemos que por tener una masificación de jugadores en forma de licencias ya somos mejores cuando la realidad que vemos en los campos, al menos de Madrid, es una ausencia de nivel alarmante en fundamentos de todo tipo que, tal vez, empezó a decaer justo en el momento en que se decidió que el joven juvenil no pudiera seguir siendo un joven júnior y que, tal vez, por ese motivo, necesitaba de un nivel superior físico.
Me parece curioso que nuestro diccionario diga que un júnior es un religioso joven que, después de haber profesado, sigue sujeto a la enseñanza y obediencia del maestro de novicios y que juvenil es la fase o estado del desarrollo de los seres vivos inmediatamente anterior al estado adulto. A lo mejor es que los grandes gerifaltes de esos años pensaban así de forma tan retrógrada.
Esa ‘novia’ que tenía se murió para siempre y la recuerdo con tanto cariño y aprecio que su desaparición me parece que ha marcado un camino muy equivocado en nuestro baloncesto desde entonces. Y por mucha gente que llegue a una NBA (degradada) y gane musculitos, aquí no se juega nada…Estamos decayendo vertiginosamente a la vez que el propio país.

• El autor de este artículo es entrenador de un júnior o juvenil de Asefa Estudiantes

miércoles, 26 de mayo de 2010

Un jugador llamado ´´milagro´´

Hace ya bastantes años que me pude hacer con un vídeo de psicología aplicada al deporte mucho antes de que pudiera hacer el Curso Superior. En este vídeo que regalaban en cursos anteriores y que se titula “el deporte de vivir”, comenzaba así: “¿Es posible poner una gota más de agua en un vaso que está lleno sin que se derrame? La respuesta es muy sencilla. No se puede”.
Luego el vídeo empieza a explicarte los logros de atletas y deportistas que baten marcas en todas sus disciplinas deportivas cuando parecía que era imposible lograrlo. “…y ponían una gota más…y más”
En baloncesto, conozco a un jugador madrileño que no tiene parangón en toda España y que su trayectoria es tan bonita como única y ejemplar y que cuando parecía que ese “vaso” estaba lleno en su trayectoria deportiva y que no podía llegar a más, se supero a sí mismo cuando todo parecía un imposible.
Carlos Arjonilla López , ha sido jugador de LEB Plata de Guadalajara en esta temporada que ha terminado. Tiene 32 años y juega de base aunque por su polivalencia lo hace de escolta en algunos minutos. Ha jugado un total de 40 partidos-918 minutos jugados con una media de 22´58 min. , 6 puntos, 56,1% de 2, 29,3% de 3 y un 76,6 % en libres-datos FEB-.
Esto es actualidad pero su mérito se refleja en su pasado, su camino hasta esta respetable categoría.
Cantera de Estudiantes donde siempre milita en letras “B” y “C” del club y jamás estuvo ni en Infantil A, ni Cadete A, ni Júnior A. Pero es después donde parece que termina como un jugador más de tantos que desaparecen después de esas letras secundarias del club y de esa categoría llamada júnior y que realmente es juvenil.
¿Es posible que un jugador que se marcha en su segundo año júnior (temporada 95-96) a Canarias, pueda estar sin jugar nada menos que cinco años, hasta el año 2000, y que este año en curso juegue en la LEB Plata?. Parece imposible, ¿no les parece? Pues ha sucedido.

Carlos se marcha a Canarias y en la temporada 95-96 entrena pero no juega y aprovecha para arbitrar mientras termina sus estudios. Según me comentaba hace unos días. “el ambiente del arbitraje era muy bueno allí, te enseñan a colocarte y allí desde el primer año podías pitar con Miguelo Betancour. “ arbitrar te ayuda a ser jugador gracias a tener empatía con la otra labor y en Canarias se organizan muy bien y se puede hacer cualquier labor: entrenar, jugar y arbitrar, y por eso, tal vez, tienen tanto nivel luego en el propio arbitraje”, en la 96-97 juega en Telde de 1ª autonómica pero lo tiene que dejar por problemas de desplazamiento ya que tenía que hacer hasta auto stop para entrenar. En la temporada 97-98 decide volverse a Madrid y prueba a arbitrar dos años en el comité madrileño hasta la temporada 99. En la temporada 99-00 lo deja por completo. Cinco años sin jugar, reitero.
Vuelve a jugar iniciado el siglo y lo hace con sus amigos y antiguos compañeros de Ramiro en un equipo durante dos temporadas-A.S.C.E. 00-02-, posteriormente se enrola en un equipo de la última categoría de la Federación madrileña- Peters Ziury 02-04- y ese año es cuando le cambia la vida por completo y es fichado por un equipo de cuatro categorías por encima de la suya siendo Colmenar Viejo EBA quién confía en él desde enero de 2004. Juega nada menos que 27 minutos de media hasta el final de temporada.
Ya asentado en la categoría, en la 04-05 renueva con Colmenar Viejo y juega 30 partidos siendo de los mejores del quinteto en valoración. En la 05-06 gana la categoría con el mismo equipo en Madrid y juega la fase de ascenso aunque no consigue el objetivo.
En la 06-07 llega a jugar 30 minutos por partido y es fichado para el proyecto de Valdemoro para jugar un año en EBA 07-08, y el siguiente en la desaparecida LEB BRONCE 08-09 donde realiza, la que él mismo denomina, como la temporada de su vida y aunque es utilizado más como escolta en este caso, logra jugar 24 minutos de media-26 en play-off- , llega a un 40 por ciento en triples y un 84 por ciento en libres.
Y gracias a esa actuación del año pasado le sirve para dar el siguiente gran salto a Guadalajara LEB PLATA, donde sigue superando los 20 minutos de media-22 en regular y 23 en segunda ronda-.
No me consta que haya un jugador como él. Llegar a la EBA y que se fijaran en él pudo ser su suerte, pero, primero mantenerse y luego ser capaz de seguir creciendo como jugador en edad avanzada senior y subir esas categorías-SIN UN SÓLO AGENTE- (que aprendan los padres y jugadores de edades cadete y júnior)- es exclusivamente merito de él. Nadie le ayudo más que él mismo.
Carlos un joven que mantiene su humildad y lo mismo juega el maratón de Aranjuez en verano con jugadores de ese equipo Nacional como José Andreo e Ismael Sánchez o le ves jugando esporadicamente con aquellos amigos que le acompañaban en equipos senior porque sabe donde todavía tiene a “su gente”.
Y seguirá dando mucha guerra en este mundillo “loco” del basket pues se cuida como un “Creus” y dará toda esa calidad que atesora como jugador y lo mejor de todo es que nos dará más todavía como persona. Su verdadera y gran virtud.
Que sigas jugando como el ganador que llevas dentro Carlos. Un “milagro” de jugador. Incomparable.
“El cuerpo, si se le trata bien, puede durar toda la vida”. (Noel Clarasó)

jueves, 22 de abril de 2010

Africanos en Madrid

Durante dos años tuve oportunidad de trabajar en el Colegio Nuestra Señora de África, colegio mayor situado en la calle Ramiro de Maeztu de Madrid, en plena bajada hacia la Ciudad Universitaria capitalina. Este centro, junto al de Nuestra Señora de Guadalupe Iberoamericano, son colegios mayores que tutela la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (A.E.C.I.D.), organismo que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores español.

Equipo de Nuestra Señora del África de 2006
En aquel colegio proliferan los alumnos del continente africano. Mi trabajo como bibliotecario del mismo hizo que conociera a un sinfín de estudiantes de aquel continente ya algo mayores que realizaban, en muchos casos, cursos de postgrado, habiendo logrado una beca del gobierno español con muchas dificultades, y su lucha se centraba en buscar un futuro mejor para sus familias e hijos. Sus vástagos, no necesariamente los habían tenido con la misma mujer, y en muchos casos desconocían la edad de los mismos. Un amigo de Costa de Marfil me enseñaba muchas fotos de su innumerable familia y de sus muchos hijos con varias mujeres. Así es África. No nos podemos engañar. Allí nacen niños por segundos.

Ser africano en Madrid no es fácil. Ya lo decía el grupo Amistades peligrosas en la canción que da nombre a este artículo: “…Hoy de nuevo le vi pasar, algo triste pero amable, siempre infatigable, tras el pan y la sal…
…Hoy de nuevo le vi pasar, tenía los ojos alegres,
alguien le dio noticias breves de su pueblo natal…”

Yo hice lo que pude con ellos. Les aporté un equipo de baloncesto pero no se apuntaban los africanos. Tenía un equipo estilo ‘Evasión o victoria’, de todas las nacionalidades, pero los africanos, a pesar de altos, no se atrevían porque eran los más mayores y temían lesionarse.

El 3 de junio de 2007 me acerqué a Torrejón de Ardoz a disputar el último partido de una liguilla júnior, ya intrascendente, con mi equipo de club –C.R.E.F. ¡HOLA! –. Aquel día, al terminar el encuentro, el entrenador local se me acerca (ya lo conocía de haber sido compañero en el curso superior) y me comenta lo siguiente: “Gonzalo, han ganado las elecciones el partido que más apoya al baloncesto en Torrejón y me voy a ir a África a por jugadores altos; los necesitamos para hacer frente al Madrid, ‘Fuenla’ y Estudiantes”. Me quedé perplejo y nunca le creí. Este compañero siempre me pareció algo fantasmilla… Pero ahí quedó el comentario y su intención se vio cumplida en forma de agencia de esos jugadores.

Primavera de 2009. El club Basket Torrejón juega los cuartos de final ante el júnior de Estudiantes, lo elimina y posteriormente accede a la final a cuatro, pasa al intersector del Campeonato de España. El club, a pesar de ser denunciado por alineaciones de jugadores foráneos de dudosa edad, prosigue su marcha y en el año corriente, 2010, este último fin de semana, se deshace del Real Madrid en los mismos cuartos de final. Habían fichado a dos jugadores… africanos, en diciembre.

Son dos formas dispares de ayudar a los africanos en Madrid. La vía del estudio y la formación en el trabajo aportándoles becas o, por el contario, ahorrarles las pateras a unos jóvenes que ni estudian ni trabajan, que a lo máximo que llegarán es a una LEB Plata (donde no te ganas la vida), y que tarde o temprano volverán a casa habiendo vivido un sueño y “un caramelito en la boca” perjudicial, para quitárselo a otros que cumplían con las leyes al tener la edad júnior para competir en este deporte, cada vez más interesado en ganar dinero fácil por parte de entrenadores que no son capaces de crecer de otra manera que no sea trepando a través de los demás o gracias a los semejantes, aunque éstos sean los más necesitados del mundo. Desolador esto de ganar de cualquier manera y con cualquiera.

jueves, 1 de abril de 2010

La lágríma del Delfín

Fernando Bernal se ha marchado. Se nos ha ido una persona imprescindible en la supervivencia de un club, el Estudiantes. Acudió al rescate del mismo siempre que éste se moría. En innumerables ocasiones y, jamás, sin querer ponerse en una sola foto ni colgarse (ni que le colgaran) medalla alguna por ello.
Fernando era de esas personas que dan un servicio por amor a un club y que no necesitaba reconocimiento. No lo buscaba, no lo necesitaba; seguro que intrínsecamente se sentía orgulloso y lleno de dicha al observar que el club sobrevivía a una muerte segura una y otra vez. ¿Cuántas veces, Fernando?

Este buen hombre se ha ido demasiado joven. Algunos ni siquiera conocíamos su enfermedad. Se le veía hace muy poco en las asambleas de accionistas del club y hasta en los partidos y no sabíamos nada.

Hoy, Enrique Ojeda (periodista del diario ‘As’ que tanto le apreció en los años 80 y que tan bien plasmó el baloncesto en prensa en esa etapa), me comunicaba que sabía que estaba malo. No teníamos otras personas constancia alguna.

Fernando Bernal es un desconocido para el aficionado de a pie, para el seguidor del baloncesto de hoy en día. Por eso deben saber que se ha marchado un señor que permite respirar a un club de 62 años, que le ha dado oxígeno cuando no lo tenía y que dejaba su profesión de abogado y su vida personal en cualquier momento en que se le necesitaba.

Fernando, como muy bien dice la web del club, lo fue todo en el ‘Estu’: jugador, entrenador de cantera y gerente en los años de los ‘valientes’, en los años de las vacas flacas, cuando el equipo dejaba de ser subcampeón. Se hizo cargo de la gerencia en los peores momentos de esa época, de 1982 a 1985, cuando no había ni un solo duro y desaparecieron todos los grandes jugadores de la primera plantilla subcampeona del Estudiantes Mudespa 1981, (se quedo uno –Izquierdo–). Lo que sabe poca gente es que puso dinero de su bolsillo para que no se derrumbara y desapareciera una plantilla que llegó a realizar una huelga en un día de entrenamiento reclamando el dinero que se le debía, incluso lo poco que recibía el entrenador de aquel año (82-83), pues éste lo necesitaba para subsistir. Y consiguió que el club no desapareciera en la parcela deportiva, ya que jugadores de ‘caché’ –los veteranos– convocaban esas huelgas.

No conocí y jamás crucé palabra con Fernando. Exclusivamente conocía lo que hacía de buena mano y sabía que era de esas personas que salvaban al club una y otra vez de sus crisis innumerables. Era un pilar, un sustento, un hombre por y para el club sin querer nada a cambio; sólo necesitaba que el ‘enfermo azul’ estuviera bien en su maravillosa fábrica de realizar el mejor deporte que él conocía desde que dejó de ser jugador junior en los años 70.
Se tragó y gestionó los años en los que la Caja Postal no ponía apenas dinero, cuando el equipo casi desciende en el 84, en aquel dramático ‘play-off’ por la permanencia que el equipo de Paco Garrido pudo superar frente al Magia de Huesca.

DESPRENDIDO
Me consta que Fernando, incluso enfermo, seguía apoyando en estos momentos tan delicados al club, y que de su bolsillo seguía saliendo la ayuda que fuera necesaria. Era de esas personas (hay que decir que las hay en la actualidad y ayudan anónimamente tanto como él) que acudió al rescate del Estudiantes hasta que éste va superando el concurso de acreedores y empieza a ver la luz después de un infinito túnel que todos creímos, en algún momento, que sólo tenía la desaparición como final.

Fernando Bernal se merecía ver sonreír al Estudiantes en el futuro. No es justo que se haya ido sin ver el resultado de tanta lucha.
Se ha marchado un héroe de verdad, una de esas personas tan necesarias dentro del club. Un irremplazable.

Descansa en paz, Fernando. Ahora que el Ramiro cumple su 70.º aniversario, los demás, los que sentimos el club y el ‘cole’ de verdad, lloramos tu marcha. Será como la lágrima del delfín. Ese animal tan inteligente y eficiente como tú.

martes, 30 de marzo de 2010

DIFESA

Me sorprende a día de hoy llegar a leer, en un viaje, y en el Diario As, la crónica del partido disputado ayer entre el Barcelona y el Madrid, el cual pude ver por la televisión, donde el cronista del citado periódico destaque del mismo la actuación de Tomic como lo más relevante del partido.
Es cierto que Tomic realiza un partidazo con sus 22 puntos (10 canastas de 15 de dos y 2 de 2 en libres), pero quedarse en esos datos como los más significativos y recalcables de un partido que termina con un resultado de 63-70(8-15 primer cuarto) y ser reiterativo en esas estadísticas ofensivas me parece un error.
El Barcelona anota 27 puntos en 20 minutos gracias a una palabra italiana que aprendería Messina desde muy pequeño y que da nombre a este artículo. Difesa (defensa)
Entre Ricky Rubio y Navarro meten 9 puntos, Basile 4, Lakovic, 4 y Grimau 2 (19 puntos). Sólo tres interiores son capaces de meter puntos con dobles figuras entre Vázquez, Mickeal, y Lorbek.
Los españoles aprendimos del baloncesto italiano y norte americano y el baloncesto ACB comenzó gracias a la lega Italiana que es el modelo en que se fijo (en Bolonia exactamente) el Sr. Portela para construir la ACB.
El Barcelona es un equipo superior jugador a jugador y por plantilla al Real Madrid pero ayer al “ajedrez en movimiento” que para mí es el baloncesto, gano Messina a Pascual y engrandeció la figura del entrenador tan decadente en la época actual donde “suelen” mandar demasiado los jugadores y sus caprichos por encima de entrenadores que no son más que acatadores, muchos de ellos, de lo que los jugadores quieran hacer en un momento dado.
Menos mal que uno repara en una esquinita del As y puede leer a Tello arreglar en una columna suya lo que su compañero más bisoño no da entender en la crónica: “…el Madrid empleó una rotación de jugadores mayor que en partidos precedentes y casi todos sumaron, sobre todo en defensa… (Difesa para Messina).
Cuando se trabaja con “prisa” estas cosas pasan y la crónica no es buena. En la página 37 del mismo diario encuentro un artículo de otro periodista-Juan Mora- (¿este señor está enamorado del baloncesto?), pues sólo habla mal del mismo y empieza así: “De Baloncesto, perdónenme, aquí no sabe nadie…” el titulo es “Tomic se carga al Barcelona”… Sobran los comentarios.
Messina le dio un repaso a Pascual y le dio un respiro a la figura del entrenador jefe de baloncesto, algo que cada vez “muere” más en nuestro deporte (miremos a Málaga y el descontrol que reina en el equipo del Sr. “Aitocontrol”).
No soy del Madrid para nada pero por encima del Madrid y cualquier club está el baloncesto, la verdad y sus profesionales.
Ayer en el Palau Blaugrana sólo existió un equipo y un entrenador/es. Y gano la DIFESA del sr. Messina parando a los mejores exteriores barcelonistas. Provocó que el Barcelona se tirara 23 triples para meter 6. Eso con Navarro, Basile, Rubio, ¿cómo lo paras? Con DIFESA.
Gracias Sr. Messina. Toda una lección en muchos sentidos.
*Hay otros diarios deportivos que uno no lee porque te siguen contando exclusivamente lo que pasa en el antes y el después y el partido es lo de menos (eso es lo que pasa con el fútbol y no pasaba antes con el baloncesto). Y, a veces, hay diarios de información general que te informan más y mejor de baloncesto.
Eso sí que es lo malo.

viernes, 5 de febrero de 2010

Los Dalton: Dos hombres y su destino.

Los Dalton: Dos hombres y su destino.
Robo la traducción “parcial” de un titulo de un clásico del cine “Butch Cassidy and the Sundance Kid”, para hablar de dos jugadores que sembraron el pánico en el panorama del baloncesto español allá por finales de los 80 y principios del 90. Exactamente, cuando más dinero había tanto en primera B como en ACB, después del boom real y único de la plata de Los Ángeles 84.
Los Dalton. Hermanos gemelos que dos años después del citado “boom”, protagonizaron su propio “boom” a unos niveles inimaginables y que, creo, que ni el mejor cineasta sería capaz de captar en exactitud lo que hicieron estos dos mediocres jugadores que llegaron a jugar en la ACB gracias a un ascenso rocambolesco con play-off en cancha contraria contra Tizona de Burgos y Caja de Ronda.
Su formación la realizan en el prestigioso colegio del barrio de Usera de San Viator, cuna de grandes jugadores ACB, con todo el mérito por parte del Sr. Domaica , “Dudi”, y muchos más, que siguen dando el callo allí. Dribling, Estudiantes uno de ellos en el año que casi descienden (84), son algunos de sus equipos antes de aterrizar en Granada y “conquistar” la ciudad por completo en lo que no sólo a baloncesto se refiere.
Los Dalton se matriculan en la facultad de derecho pero no pueden pisar las clases pues están en un equipo profesional. En el citado 86 ascienden con el Oximesa a la ACB y se mantienen en el equipo hasta un año antes de su desaparición, nada más y nada menos que en el año 91 como Puleva de Granada (el equipo desaparece como Granada, el de Moncho Monsalve en el 92, al descender). Cinco años para hacer una carrera de derecho y terminar uno de ellos como juez en Toledo y otro en una entidad bancaria importante.
Yo sufrí a los Dalton con pocos años de vida. En plena adolescencia en una etapa y con 18 años en otra, les vi entrenar, les vi jugar, les vi como NO querían ganar partidos para echar entrenadores (que le pregunten a Vujosevic del Partizan por ellos).
Recuerdo como en un partido fueron capaces de celebrar por todo lo alto la victoria ante un rival directo por un punto en el último segundo, al Cajacanarias, celebrarlo ante el público de Albolote y llegar luego al vestuario y reventar delante de su entrenador la puerta del vestuario porque no querían ganar con el dirigente del equipo de turno.
Ponían chinitas en las ruedas del coche del entrenador para desinflarlas antes de que saliera de vestuario para que pudiera tener un problema vial grave, cortaban las cintas de video VHS de scouting, tenían en jaque al presidente del club, al cual lo tenían maniatado y no podía echarlos (prefiero no explicar porque el presidente del club no podía echarlos, aunque quisiera, pues es demasiado fuerte).
Arrastraron a jugadores con gran proyección para destruirlos como tales y convertirlos en jugadores mediocres y vagos.
Ellos no tenían padre manager. Pero si tenían, curiosamente, madre manager, la cual se encargaba de hablar con el entrenador e indicarle quienes eran los jugadores que perjudicaban al equipo (jamás sus hijos, por Dios).
Dicen que de pequeños ya se cambiaban las camisetas en su colegio cuando tenían problemas de faltas uno de ellos, aprovechando los tiempos muertos para engañar a los árbitros.
En Granada los Dalton no pisaban la facultad pero si pisaban los alrededores de “Granada 2000”, una discoteca ya desaparecida con alguna profesora de derecho mercantil y otras forofas que les veían los partidos. Eran unos seductores y unos embaucadores. También esquiaban en Sierra Nevada aunque estuviera prohibido por contrato.
Eran unos “santos”. Todavía hay personas que les hace gracia su “leyenda” pero hicieron sufrir a muchos compañeros de equipo, a sus entrenadores, a sus fervientes seguidores, (hasta que estos se dieron cuenta, demasiado tarde, de a que se dedicaban y les silbaban en sus últimos partidos). Su único problema era que Granada no es muy grande…
Los Dalton cuentan que es un mote de un periodista del diario “Deia” del país vasco. Jamás pudo dar más en el clavo el inventor de aquel mote. Los Dalton existieron en realidad y aunque salen en comics de “Lucky Lucke” también, los que están puestos en la materia saben que estos eran cuatro y no dos.
Para eso, el gran filosofo inglés Thomas Hobbes ya lo dijo hace unos siglos: “El día que yo nací, mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo”. Eso nos pasa a todos. Tal vez a los Dalton no, porque ellos no sólo nacieron con el miedo ambos (supongo), sino que también daban todo el miedo del mundo, por eso se puede decir que eran cuatro como los que existieron tanto en la realidad como en los comic.
El destino de los Dalton es fabuloso. Dos jugadores multimillonarios, juez y banquero. Lo que no sé es donde está su conciencia. Sólo espero que la última imagen y su último destino sea igual que la instantánea de este ultimo fotograma de la gran película con Paul Newman y Robert Redford. Espero que algún día paguen sus “delitos y faltas”.
Son la parte negra del baloncesto español. Doy fe de ello. No me gustaría estar en su destino por la mala conciencia que tienen que tener. Eso sí, si gente así la vamos a tener de juez un día, este país marchaba antes y sigue marchando, pero que muy ¡BIEN!. Ver para creer.
“Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo, cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo”. Proverbio Chino.

viernes, 8 de enero de 2010

Gonzalo Martínez, ¡que pequeño más grande!

1,74 m.?; ¿1,75 m.? ¿Cuánto mide realmente Gonzalo Martínez? Siempre un centímetro más o menos, según qué medio facilitara el dato, pero eso es lo que había. Su hermano Pablo estaba en 1,78 m., pero Gonzalo es más pequeño todavía.

Soy de los que he tenido la suerte de, por la generación en la que me ha tocado jugar –un año más–, poder enfrentarme a Gonzalo en algunas ocasiones, e incluso he tenido que luchar contra él en la posición de base en categoría cadete, cuando uno ya no daba más de sí (según un ‘cura’) en nuestro club de origen (Estudiantes) y tuve que jugar mi primer partido fuera del club contra ese Estudiantes dirigido por Ángel Goñi (se echan mucho de menos sus palabras en el vídeo homenaje, cuando fueron muchos años formando a Gonzalo), y donde también estaban jugadores que llegarían arriba, como Álex Escudero o Paco García.

Gonzalo era un ‘imposible’ como contrario; era de esos jugadores que dominaban todo el juego, aunque destacara, para mí, en su inteligencia para robar balones en acción de tiro (cuando lo básico y normal era robarlos en dribling, que también), pues en la defensa de la triple amenaza (dribling, pase y tiro) era casi imposible ganarle la partida. No engañaba a los árbitros. Cuando te querías levantar para hacer un tiro, él metía la mano en el balón con una claridad que a cualquier árbitro no se le ocurría pitar falta, ya que este movimiento era su arma defensiva más eficaz. Luego se marchaba en contraataque… y canasta segura. Eso con unas cualidades físicas que no eran las más idóneas ni siquiera en aquellos años. Él te engañaba en el momento exacto en el que creías que le tenias vencido. Era desesperante jugar contra él. Demasiado bueno.

Gonzalo y Nacho Azofra, el primero del 74 y el segundo del 69 (pareja fabulosa en ACB), son los jugadores que teníamos claro desde pequeños (en la misma EGB) que estarían arriba. Otros llegaron como ellos desde el patio, pero no con la clarividad de estos dos. Eran de otra galaxia.

Gonzalo era ante todo un tío muy responsable. A nosotros nos tocó un Ramiro donde no salíamos hasta las cinco de la tarde con un recreo inmenso de tres horas donde se aprovechaba para que todos los cursos comieran, estudiaran o, en su mayoría, jugasen al minibasket (y al ‘futbito’, todo hay que decirlo).

Él no se quedaba a jugar. Él siempre se iba a casa a comer con una carpeta y unos libros por si tenía que estudiar, y alguna vez volvía antes de la primera hora de la tarde para jugar algo, pero cuidaba sus estudios y su alimentación (hay que decir que no vivía muy lejos del Ramiro). Era más responsable que el resto, pues ya se machacaría toda la tarde después.

Un jugador que estuvo a punto de dejarlo por las lesiones importantes en las rodillas. No tuvo nada de suerte y sé que en una ocasión estuvo a punto (pudo ser en Primera B o antes) de dejarlo definitivamente. No lo hizo. Siguió luchando en silencio y corriendo, dando vueltas y vueltas alrededor del Magariños y Nevera, mientras otros se entrenaban, con una constancia y perseverancia en el trabajo dignas de admirar.

La parte profesional ya la conocen todos. Me alegro de que sea de esos jugadores que no se han detenido nunca y que dejara una huella importante en Las Palmas –espectacular su etapa canaria– y en Murcia (donde como buen profesional lo tuvo que dejar honradamente cuando se dio cuenta de que no podría ayudar al equipo.

Indignante fue su forma de salir del club (Sr. Tejedor), cuando fue imprescindible su aportación en la salvación del equipo hace dos años en aquel partido contra Vive Menorca en casa, cuando a Perasovic se le encendió o ‘le encendieron’ la bombilla de que el bueno era, justo, el que no jugaba.

El que menos se merecía esta salida por la puerta de atrás era Gonzalo. Un jugador que lo dio todo por el Estudiantes, su colegio, su formación y su gente, y demostró una fidelidad inmensa a sus colores.

Hay jugadores que miden 2,16, otros 1,90 o 1,74. A veces, tantos centímetros son los que habría que poner en un mapamundi para darse cuenta de la distancia en inteligencia entre unos y otros. Sin faltar a nadie, gracias, Gonzalo, por tu aportación tan grande al baloncesto.

El pasado 29 de diciembre el club Estudiantes le rindió un merecido homenaje en el descanso del partido contra al equipo al que tantas veces le ganó, el Real Madrid.