sábado, 27 de agosto de 2011

Un padre ejemplar

Hemos perdido a don Alfonso Reyes padre. Lo ha perdido toda su familia y en pequeñas dosis (o grandes, según el sentimiento de cada uno) hemos perdido a un gran hombre; todos. Un padre ejemplar en la formación de su hijo Felipe, que es de quién puedo hablar por haber coincidido con él. Seguro que desde Alfonso hijo (1971) hasta Felipe (1980), su familia numerosa tiene una gran pérdida y un dolor inconsolable.

A Alfonso Reyes padre le recuerdo en la cantera de Estudiantes a la perfección. Como ya escribí allá por 2004, a mí me tocó como ayudante aceptar y apoyar la decisión del primer entrenador de bajar a Felipe al único equipo B de Estudiantes, donde jugó en la temporada 1994-1995. Jamás entrené a Felipe Reyes. Pero mi relación era muy estrecha con él por pertenecer al Ramiro.

No conozco, ni conocí en aquellos años ni una sola queja por parte de sus padres. Es más, Alfonso y Lola me trataron siempre como a un entrenador más. Al año siguiente causamos baja para el cadete A sólo dos personas. Jorge Cáceres, con el número 9, por Felipe Reyes, y la ayudantía que la pasaba a llevar Pablo Vila.

Por ese motivo (al mantenerse 11 jugadores míos y Felipe en la 95-96), decidí acudir al campeonato de España de la siguiente temporada del equipo en Málaga. El primer campeonato donde podías ver a los ‘ochenta’: Navarro, Raúl López, Berni Rodríguez, etcétera (menos Pau Gasol, que llegó en júnior al Barcelona).

Me metí en un hostal, me acercaron unos padres del equipo y me dispuse a ver en el Ciudad Jardín malagueño el campeonato. Sorpresa para todos fue que la primera jornada se disputó en Marbella pues estaba ocupado el campo.

Yo estaba desesperado y no sabía cómo ir a Marbella y me fui a hablar con confianza (la que ellos daban a todos) con Lola Cabanas y Alfonso Reyes para a ver si me podían llevar. Me citaron: “En El Corte Inglés a tal hora y te llevamos”. No más.

Allí fui la primera jornada y de repente veo aparecer dos coches con un total de cinco personas (Alfonso, Lola, un hermano con su novia, y otro hermano más).
“Móntate”, me dijeron. Alfonso y Lola habían decidido sacar otro coche sólo por mí pues ellos eran los justos para viajar en uno solamente.

Así era Alfonso. Un caballero que se nos ha ido repentinamente en un momento en el que le quedaba mucho por disfrutar de sus hijos y su esposa. Un señor que jamás hablaba de más. Un señor que siempre saludaba en la Nevera, en Magariños, en cualquier campo. Y que hablaba contigo de lo que fuera con una claridad, tranquilidad, respeto, educación y sosiego nunca visto.

Un señor que cuando Felipe quiso jugar la Liga Interna de Baloncesto (L.I.B.) que pude organizar durante nueve años, no le puso ni un pero a su hijo, para que junto a los compañeros de clase pudiera disfrutar de ella hasta que una lesión le apartó y nos apartó a todos del sueño de disfrutar de ‘otro baloncesto’ no federativo, desenfadado. Ese baloncesto lúdico casi perdido.

Descanse en paz una gran parte del éxito de Alfonso y Felipe, y de todos los demás hermanos.

Muchas veces nos quejamos de los padres con razón los entrenadores de formación. Pero nos tenemos que acordar de una inmensa minoría de los que son como Alfonso y Lola. Imprescindibles para que sus hijos sean un espejo para esta sociedad.

Descanse en paz Don Alfonso Reyes. Besos para Lola. Un fuerte abrazo para Felipe, para todos sus hermanos y familia.

Un gran padre seguirá desde muy arriba todo el juego que te queda ‘Philip’ (nombre cariñoso que utilizaba la madre en los partidos).

“Si tropiezas al triunfo, si llega tu derrota, y a los dos impostores les tratas de igual forma” (…)” Si llenas el minuto inolvidable y cierto de sesenta segundos que te lleven al cielo… Todo lo de esta tierra será de tu dominio y, mucho más, serás Hombre, hijo mío. (IF). Del sí” (Rudyard Kipling).

jueves, 11 de agosto de 2011

La chica del Ramiro

Daniel Arcau, uno de los mejores jugadores a los que he podido entrenar en edad júnior (en un torneo) y que juega en el Monzón de EBA (pienso que tiene futuro LEB), me preguntaba por el pasado de las competiciones en Ramiro y que se hacía en el Instituto que él mismo conocía de pocos años.
Le dije que lo dejáramos pues que le iba a “meter un ladrillo” que no lo iba a aguantar. Que tal vez en el viaje de vuelta de ocho horas le contaba algo pero que se centrara en el torneo de Badalona.
Ahora que Santi Escribano, muy buen periodista de Estudiantes y amigo de esta web, acaba de publicar la despedida que se merece Sandra Ygueravide, con 13 fotos memorables haciendo un guiño al número que la jugadora ha llevado todos estos años, me ha venido a la mente todo el baloncesto femenino que de golpe he podido ver nacer. El masculino empezaría en 1948(hay gente que me dice que en el 47), pero a las chicas uno si las vio empezar a botar balones después de matricularse ellas en el cole-instituto.
Sandra Ygueravide ha sido la capitana, buena jugadora, excelente persona, trabajadora, simpática y con muchos valores dentro y fuera de la cancha. Con la foto que me quedo, estimado Santi, es la del abrazo con su ex entrenador Javier Lombardía en el momento más duro del descenso (también por él). Además, uno le agradece personalmente que pudiéramos hacer una entrevista sobre arbitraje cinco minutos antes de que ella se marchara de vacaciones, allá, por el 2009.
Pero, cuando empiezas a pensar en mil recuerdos que te atacan la cabeza en estos momentos al leer la noticia, no puedes dejar de escribir porque tienes que sacar de alguna manera este colapso que ya no cabe en un cerebro tan pequeño.
Yo no tengo 13 fotos de la jugadora que para mi, personalmente, es la “chica” del Ramiro y que más lejos ha llegado en esto. Tampoco se las puedo pedir porque no sé nada de ella ni ella de mi, pero si puedo contar que Clara Bermejo Moreno (ahora en el Rivas Ecopolis) de 1981, es la mejor jugadora que ha sacado el club pero que por más de una circunstancia, no pudo saborear la Liga Femenina con el club que la formo desde pre mini pues que se quedo a un paso del ascenso en la anterior liga Nacional que entreno Javier Arredondo y en donde en casa (en el propio Magariños) sucumbieron en el intento de ascender a la única Liga Femenina de primera división que existía en esos momentos.
Clara se marchó a Extrugasa porque la pagaban lo que merecía. Ella me decía siempre “Joder, el club podía hacer un esfuerzo por nosotras y comprar una plaza arriba, con un millón de Alfonso Reyes podríamos jugar perfectamente, pero ellos no quieren, son un club machista”.
Creo que no le faltaba razón a Clara. Ella quería tanto a Ramiro como yo mismo. Tanto le quiso que ella jugaba la Liga Interna que por aquel entonces yo organizaba (tan machista era el club que a los jugadores, si eran chicas las dejaba jugar, pero si eran chicos, había muchos problemas pues se podían lesionar).
Clara después de terminar C.O.U. me pidió ser mi ayudante en la Liga Interna. Por 6.000 pesetas al mes, ella me ayudaba todos los días. Una demostración clara de lo que estaba involucrada y el cariño inmenso que tenia por el Cole-Ramiro y Estudiantes.
Sandra ha jugado cinco temporadas en el primer equipo y se merece todo. Clara es la otra chica que no pudo tener la misma suerte. Aunque Clara haya jugado en los mejores equipos de la Liga, estoy convencido que al acabar su temporada como jugadora Nacional se hubiera quedado en el club de haberse puesto de acuerdo más de una persona.
Algo falló, pero bueno, para los sin memoria Clara no paso por el club. Para los que vimos nacer el baloncesto femenino en el club, podemos tener la suerte de escribir sobre el nacimiento del femenino en Estudiantes y de cómo esta chica jugaba a un nivel fuera de lo común (el método F.E.B. también se cebo con ella y nunca la selecciono a pesar de jugar más que Silvia Domínguez en una temporada donde eligieron a la segunda base de un club en vez que a la primera…). La selección la ha llevado a varias preselecciones y esto es como el cuento de Marta Fernández y el NO “te cogemos” después de estar en la WNBA.
Método F.E.B.
Estoy muy orgulloso de que mis cuatro hermanas (las tres pequeñas sobre todo) fueran las pioneras del baloncesto femenino como jugadoras y que una de ellas fuera entrenadora de Clara.
Belén (en Canoe), Virginia, Bárbara (Baby, su entrenadora) y Almudena (mis hermanas), muchas gracias por llenar la casa de baloncesto femenino por encima del masculino de Estudiant@s.
Lo nunca visto o imaginado por cualquier chico de Ramiro.