lunes, 10 de diciembre de 2012

El último viaje estudiantil de F. Martín

Esta semana, me ha “marcado”. Esta semana, comenzó con el vigésimo tercer aniversario de la muerte de un hombre de, tan sólo, veintisiete años de edad (3 de diciembre, lunes). Cuando lleguemos a veintisiete, seguiremos acordándonos de él. Yo, le recordaré siempre.

No puedo olvidar su etapa en Estudiantes. Su último viaje con el club; su último campeonato de España en su club de origen y lo que sucedió para que se marchara “al eterno rival”.

El bueno de don Antonio Díaz-Miguel le había convocado, por primera vez, como seleccionado, de cara al Eurobasket de 1981, en Checoslovaquia. Fernando había sido, nada menos, subcampeón de liga con Estudiantes Mudespa. El jugador, comenzó la concentración y el gran Antonio les dio unos días clave de descanso, después de entrenar un tiempo. El club Estudiantes aprovechó la coyuntura para conseguir que su jugador, todavía de 19 años de edad, acudiera al campeonato de España de clubes, que se iba a disputar en Valladolid.

Fue una gran gestión, pues el jugador pudo acudir con su generación, la del 62, al citado campeonato. Fernando tenía un gran aprecio por el equipo de su edad y le encantaba jugar con ellos. Jamás decía que no, y tampoco su entrenador, Chus Codina (d.e.p.), ponía ningún problema, a pesar de que ya era del “cinco titular” de Estudiantes e imprescindible para haber conseguido el citado subcampeonato.

Al Estudiantes, le pusieron varias condiciones; la más agobiante era que no debía volver con el equipo, una vez acabado el campeonato, pues Díaz-Miguel se enfadaría. Y, don Antonio, tenía mucho carácter y mucha capacidad de mando.

Estudiantes entró en semifinales y le tocó jugar con el “coco” del Cotonificio catalán de Andrés Jiménez. El entrenador de Estudiantes, Gómez Carra, sabía que era mejor evitarlo, quedando segundo de grupo, para jugar contra el Madrid, pero, antes, en baloncesto, no se les pasaba por la cabeza eso de “quedar segundos” de nada.

Cotonificio-Estudiantes y Real Madrid-Barcelona fueron los partidos de semifinales. El Madrid ganó al Barcelona y el “Coto” al Estudiantes. Andrés Jiménez hizo un partidazo y, lo que no sabe casi nadie, es que Fernando Martín acudía a Valladolid tras una lesión de tobillo, muy bien curada por el “fisio” de la selección, al que apodaban “El brujo”. Fernando, NO lo dio todo, porque era la primera ocasión en que le llamaban para la “absoluta” y fue comprensible que no estuviera con la cabeza “puesta” en Valladolid. El cuarto puesto conseguido por el Estu, partido perdido ante el Barcelona (31 puntos de Fernando), es, históricamente, el último partido de Fernando Martín con la camiseta del club de la calle de Serrano. Jamás volvería a jugar con Estudiantes.

Una vez acabado el campeonato de España, en Valladolid, había que llevar a Fernando, rápidamente, a Madrid. El entrenador, junto con su mujer y sus dos hijos mayores, de 12 y 11 años de edad, respectivamente, salió hacia la capital. En el coche del entrenador, que era un Renault 12 familiar de color beige, viajaron desde bastantes horas antes de que partiera el autocar del equipo. Fernando viajaba en la parte de atrás del automóvil. El hijo mayor (José Antonio) ocupaba la plaza más cercana a la ventana izquierda y el más pequeño de todos (Guillermo) iba al lado de la estrella del club.

“Ni una palabra”, eso me contaban mis hermanos sobre la experiencia. Decían que el entrenador y su mujer eran los que le “sacaban” las palabras, “con sacacorchos”, a Fernando.

Hicieron una parada, solamente, en Ávila y le aconsejaron, a Fernando, que llevara unas yemas de Ávila a sus padres. Fernando accedió y las compró. La introversión del jugador, durante el viaje, no se les olvidará, a mis hermanos, jamás. Dos chavales adolescentes esperaban un ser más simpático y abierto. Al fin y al cabo, se le estaba haciendo un favor, para que acudiera con la selección lo antes posible.

La llegada tuvo lugar en el parque del Conde de Orgaz de Madrid. Allí, vivía Fernando, muy cerca de su colegio, el San José del Parque. Nadie, ni el propio Fernando, sabía que ya no tendría que ir, jamás, a entrenarse al Ramiro.

Esa misma noche, se incorporó al hotel de la selección (espero que se acordara de darle las yemas a sus padres) y Fernando viajó a Checoslovaquia, fichó por el Real Madrid después y Estudiantes se quedó sin él para siempre, un verano de 1981.

Sólo jugaría, por desgracia, algo más de ocho años…

Los demás, entre ellos las personas que le entrenaron y le enseñaron BALONCESTO en el club, a base de fundamentos (ese gancho dominador, ese tiro en suspensión, ese bloqueo de rebote…), fueron Pablo Casado, Mariano Parra, Chus Codina y Gómez Carra; le querrán mucho para siempre. Fernando se hacía querer y su muerte fue una puñalada en el ánimo del basket español. Se fue, simplemente, el ¡¡¡MEJOR!!!

Eso sí: que nadie olvide que fue el pionero, de la formación de la cantera del Estu, para el provecho, tantas veces ejecutado y a veces de manera ilegal, del “imperio” llamado Real Madrid.

Hoy, en el partido Estudiantes-Real Madrid, me he acordado mucho de él y, por ello, escribo estas anécdotas, contadas por su último entrenador de Estudiantes…

Para siempre, Fernando Martín Espina.

Ex tu dian tes.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Yo también soy

“Yo también soy Marta”, figuraba escrito en la espalda de la camiseta de un árbitro de competición nacional que dirigía un partido de infantiles una semana después de la agresión perpetrada por un jugador (un chaval adolescente de categoría junior de sólo 16 años) a una árbitro, el pasado 21 de enero en la localidad madrileña de Soto del Real. El que menos ha leído la prensa o escuchado la radio e incluso ha visto poco la televisión, conoce el suceso. Ha dado la vuelta a nuestro mundillo. Esa agresión que casi le cuesta la vida a una árbitro del comité madrileño nos ha tocado la fibra sensible a todos y por un momento imagino que hemos reflexionado sobre qué está pasando en nuestro deporte tan exitoso hace pocas fechas, como a la vez fracasado y deprimente cuando nos azota la violencia a la que no estamos muy acostumbrados. Fracaso de todos, de todos, absolutamente de todos, sin que ninguno nos podamos esconder. Este suceso es responsabilidad de los que ponen la maquinaria del basket en funcionamiento cada día de su vida. Desde el primer jugador que protesta, pasando por el maleducado entrenador, por el árbitro irresponsable y hasta por el último espectador, estas situaciones nos pertenecen y las gestamos con nuestros actos cada día que cometemos errores, cada día que quitamos algo de ilusión a cualquiera de los deportistas que componen el juego, ese trío de personas que participa en la pista en directo (jugador, entrenador, árbitro), y que están a más revoluciones por minuto que nadie y que muchas veces tienen que soportar a todos los que deberían de tener la cabeza y el corazón más reposado en la grada (padres y forofos), que son los que hacen caminar a su propia gente (hijos y familiares) a la peor de las perdiciones. El caso de Soto del Real no es el primer caso de agresión a un árbitro de baloncesto ni es el noveno en doce años como escribe el presidente de la Madrileña en su web. Llueve sobre mojado y eso lo sabe todo el baloncesto y el Comité de Árbitros de Madrid mucho mejor que nadie, pues no han parado de soportar agresiones de todo tipo. Y las agresiones son tanto verbales como físicas y, a veces, mucho más dañinas las primeras. No voy a analizar una vez más el comportamiento que han sabido analizar otras personas de una manera al menos importante, no sé si sesgada, de la calidad ¿infrahumana? del presidente de la madrileña, al cual le importan más unas moneditas de unos malditos euros de un partido no disputado por una razonada huelga de árbitros, que la salud de una de SUS ÁRBITROS. Quiero repetirlo: una de SUS ÁRBITROS. Una de sus trabajadoras, que le saca la competición adelante. Que hace que funcione su federación, vamos. Que sin personas como Marta no EXISTIRÍA la federación. Sobran más comentarios. El baloncesto enferma a la vez que la sociedad, eso es cierto. El baloncesto no puede dejar de ir de la mano de una sociedad cada vez más violenta y menos educada y que también tiene menos valores en su juventud. Pero para eso estamos los mayores y para eso están los dirigentes, para erradicarla y no provocarla y para educar mejor, por supuesto. He sido jugador, soy entrenador y he sido árbitro durante varias etapas de mi vida. Siempre existirá la posibilidad de volver a arbitrar, porque el árbitro es como el torero que sufre cogidas, como el escalador que se la pega con la montaña, siempre se quiere volver aunque a veces hay momentos en que das por cerrada la puerta por frustración. El ejemplo de Marta queriendo volver a pitar a pesar de estar al borde de la muerte, es un ejemplo de superación y del amor que ella y muchos árbitros profesan a su actividad. Pero en contra de lo publicado en muchos medios y que quiero negar rotundamente por vivencias propias y experiencias de compañeros, los árbitros NO lo dejan por estas agresiones como primera razón (los habrá, por supuesto). Hay muchos más árbitros que lo dejan por cuestiones de trato en sus federaciones y por la incomprensión que reciben de sus propios organismos, que no piensan que los árbitros son todos iguales. Al menos, como personas. Y yo me pregunto, ¿por qué el Oro nunca puede ser “gris”? *El autor de este artículo mantiene su licencia de árbitro y auxiliar n.º 2469 en la Asociación Madrileña de Árbitros y Auxiliares de Baloncesto de Madrid (AMAAB).

martes, 27 de noviembre de 2012

Paco Rengel, mi amigo cibernético.

-¿Dígame?...tres segundos… - No, hombre, es una broma, deja tu mensaje en el buzón de voz, yo te llamo… ¿Dónde estará Paco? Qué raro que no esté en el teléfono fijo de su casa, desde donde trabaja a destajo en su web profesional Ymálaga.com y atiende a su “niño” favorito que es la web que creo ya hace muchos años y por lo que más se le conoce. Basketconfidencial.com. Conocí a Paco allá por el 2004 gracias a que me publico mi primer artículo en su web preferida. Ocho años después ya voy por el 60º. Él me enseño a ser comedido, a ser respetuoso, me corrigió un sinfín de veces. Tuvimos que sufrir algún intento de denuncia por escribir la verdad. Él lo dice siempre: “la verdad genera enemigos”. Yo quise arriesgar y no retirarme a pesar de que más de un disgusto y “peaje” me costó pagar por más de un artículo. Jamás he visto a Paco Rengel. Es una relación cibernética. He hablado por teléfono unas cuantas veces con él pero no hemos podido conocernos. Tuve muy mala suerte pues estuve a punto de jugar un campeonato (Series Colegiales) en Málaga pero al final todo se fue al traste y no acudí. También nos pudimos conocer en Sierra Nevada (Granada) pero Paco no podía subir por trabajo u otras circunstancias en los veranos. Llevo leyendo a Paco desde pequeño. Sus crónicas en As de los partidos de Mayoral Maristas y de Caja de Ronda por separado eran de mis favoritas cuando estos equipos estaban en la cresta de la ACB. Los Smith, Pesquera, Fede Ramiro, Vecina, Imbroda, Arlauckas, Sampson…, algo simplemente, maravilloso… Unicaja ha marcado mucho en estos años, pero cuando había dos clubes en Málaga el nivel de ambos era espectacular y muy entretenidos para toda España. Desde que existe Basketconfidencial, mi vida es diferente. Pienso en escribir artículos continuamente. Contar historias (la mayoría), opiniones, secretos técnicos, actualidades, cabeceras, etcétera… Gracias a Paco (yo creía que no nos leía nadie), he tenido que comentar más de un articulo con las personas del baloncesto. Gracias a Paco, he podido escribir (aunque sea copiado en otros medios) con total libertad. Con respeto, pero con total libertad. Cuando me da las lecturas de los artículos, me impacta el seguimiento que tenemos en la web. Él me demostró que existe un mundo precioso en la escritura. Su libro ADN (el cual me regalo porque yo lo había comprado por internet pero no quería leerlo en formato .pdf) es una lección de la defensa a ultranza de la verdad, de la integridad de un periodista aunque el triunfo de la defensa de la justicia pudiera significar un mayor sacrificio para él…un héroe del medio. Yo quiero mucho a los periodistas de baloncesto de As de los años ochenta-noventa porque en mi casa se compraba ese diario todos los días y yo me lo quedaba. Martín Tello, Enrique Ojeda, Carlos Jiménez, y un largo etcétera, fueron los cronistas de mi juventud. Creo que cuando las cosas no se hacían con “prisa”, el diario As daba más baloncesto y sigo pensando que es el diario que más respeta a este deporte. Ricardo González es un gran periodista de baloncesto actual. Paco es un grande en la distancia. Fui muy pesado para que Paco creara unas camisetas de la web. Yo estaba muy orgulloso de estar en la web e insistía mucho en que deberíamos de tener la oportunidad de tener una prenda donde quedara impresa la web y estar muy orgullosos de ella. Esto lo consiguió Paco con su tesón e ilusión. La oportunidad que me dio Paco de poder compartir artículos con gente como Mikel Cuadra (el poeta confidencial), Aito, Scariolo, Tello, Alejandro Delmás, Franco Pinotti, Martín Urbano, Javier Dale, y un extensísimo etcétera, es un placer inmenso porque yo me leo todos los artículos de la web y aprendo de todas las personas que participan. Rosi Martín, su inseparable mujer, me ha atendido estos días con un aprecio muy grande a través del teléfono y me ha explicado lo sucedido con todos los detalles… Paco, mi amigo cibernético esta malito. Ymalaga.com y Basketconfidencial están en modo “stand bye”. Espero que esta pausa no sea grande. Necesitamos su información, necesitamos su estilo, necesitamos su humanidad. Pero ante todo necesito su VERDAD. A mí me anima el hecho de pensar que el baloncesto tiene gente BUENA dentro de su propio periodismo. Con tanta información de nuestro deporte poco veraz y sin contrastar, Paco se hace imprescindible. Estoy desanimado. Por una vez este artículo (de momento) sólo aparecerá en mi blog. Paco, ponte bueno por favor. Todavía quiero conocerte en persona. La cibernética no es tan buena…A mi me decías siempre que no me preocupara, porque hay muchos días en la vida. Eso no lo sabemos… Un fuerte abrazo y…vuelve. Por el bien del basket español. “Todo lo que se hace por amor termina, siempre, más alla del bien y del mal” (F. Nietzsche). Asi hiciste Basketconfidencial. Que siga el mejor portal contigo, por favor!!!.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Baloncesto Bilingüe

25-06-2009 Verano de 1993. Aranjuez. La Federación de Baloncesto de Madrid organiza, de la mano del presidente, Ramón Bravo (creo que un hombre con dos caras en la vida, exitosa por un lado en el baloncesto pues fue una persona importante en el mundo de la canasta, y un hombre desgraciado fuera de ella). Si hablamos de baloncesto, mi obligación será la de hablar bien de este señor que comandó la nave federativa madrileña y que fue vicepresidente de la federación española (exactamente los mismos cargos que el presidente actual). Ese verano se organizan cuatro turnos de perfeccionamiento de fundamentos de jugadores, dos de chicos con un entrenador de alto nivel ACB y dos de chicas con Daniel Pintor, todo un ‘revolucionario’ de este deporte, jiennense y hombre de I.N.E.F. La federación madrileña tiene la feliz idea (del Sr. Bravo) de convocar a jugadores representativos de los colegios/clubes de Madrid para su mejora individual e invita a entrenadores de base, donde tuve la suerte de encontrarme en esos momentos, y a árbitros de la federación madrileña de un gran nivel. Once años después. 2004: Tal vez, mi subconsciente se activa y se me ocurre organizar “algo parecido”, ya como árbitro, en los campus de Estudiantes, “La cima del Baloncesto”, que ya se estaban organizando desde hacía seis años (1997) en Sierra Nevada (Granada), en el C.A.R.D., a 2.320 metros y a la vista del pico Veleta. Hablé con el jefe de campus, Jose Canales, y le expuse la idea. Accedió encantado, pero lo haríamos sólo para los mayores en los turnos primero y tercero del campus, pues le parecía “demasiado” para los pequeños de 8 a 13 años que acudían al segundo turno. Comenzamos dos árbitros aquel año, 2004, en una sala de descanso, poniendo videos VHS de montajes caseros que hacíamos sobre el Eurobasket cadete celebrado el año anterior en Rivas (Madrid). Mi amigo José Luis (otrora árbitro nacional y ahora árbitro del grupo LEB), fue el motor para sacar esa idea adelante. Doy las gracias a Alfredo Ortega Morejón y a Isabel Navarro Zabal por el consejo para elegir a este grandísimo árbitro y mejor persona. En 2005 ya éramos tres árbitros repartidos en los dos turnos, en 2006 seguíamos los mismos, pero en 2007 ya revolucionamos ‘algo’ el campus, pues conseguí convencer al jefe del mismo de que deberíamos acudir también al turno de los ‘peques’ (de 8 a 13 años), pues siempre había pensado que una persona con menos edad aprendiera las reglas, un ‘idioma’ aparte, sería una suerte para su futura formación. [Grupo de niños tras una sesión de arbitraje (2007, Sierra Nevada)] Grupo de niños tras una sesión de arbitraje (2007, Sierra Nevada) En ese año ya éramos cinco árbitros de la A.M.A.A.B. (Asociación Madrileña de Árbitros y Auxiliares de Baloncesto) y en la actualidad hemos trabajado hasta ocho árbitros en los campus. Realizamos un taller con DVD, tests, reglamento, etcétera, en el salón de actos del C.A.R.D. para chavales de 8 a 18 años en tres turnos desde finales de junio a mediados de julio. Nuestra idea para los pequeños no podía ser la misma que para los mayores. Para los jugadores de minibasket (me sigue gustando este término), sólo les ponemos jugadas, llegan a sus propias conclusiones sin intervenir nosotros, y terminan señalizando la jugada vista en la pantalla como si de un árbitro de nivel fueran. Sólo esto nos ha hecho aprender de todos estos chavales una barbaridad. Espontáneos, imaginativos, resolutivos, creativos, y encantadores. Son las primeras personas que nos hacen firmar autógrafos a los árbitros, aprenden lo que es una antideportiva aunque por la tele o sus padres sigan diciendo intencionada, ya saben lo que es una interposición o qué es una interferencia (sin que lo sepan muchos entrenadores suyos), sin que lo confundan con la cobertura de su móvil, ya saben que es una regla más. Ellos, con ocho años, empiezan a saber cuándo les pueden dar dos tiros gracias a coger el balón y estar en acción de tiro, saben los cambios de reglas cada cuatro años antes de que comiencen sus competiciones. Sabrán lo que es el lado débil gracias a sus entrenadores, pero sabrán donde están los árbitros y cuáles son sus responsabilidades por los seis recuadros que nos marcamos en medio campo, sabrán que si cometen dos faltas antideportivas se tendrán que ir a casa porque no pueden ser sucios en este juego, etcétera. Esto es un ajedrez en movimiento para ellos y aprenden baloncesto con sus entrenadores en las canchas y en las aulas con los árbitros (que no me olvide de los monitores de aire libre que son fundamentales), y en la preciosa Sierra Nevada granadina son enseñados para un futuro alentador con un BALONCESTO BILINGÜE. Igual que en clase aprenden inglés ahora ¿no? • Doy las gracias infinitas a Jose Canales Benayas, jefe de campus los doce años, por su fidelidad inquebrantable hacia mí y la creencia sinigual en esta actividad. • A mis ayudantes de todos estos años: José Luis (LEB), Óscar (EBA), Andrés (EBA), Pablo (Nacional), Paco (1.ª autonómica), María (autonómica) y Carlos (escuela). Sin ellos, imposible. • Gracias a la ACB, FBM y FEB por su colaboración. A Juan Luis Redondo por facilitarnos unos días ‘redondos’ en el 2008, a Antonio Conde (ACB), Alfredo Ortega Morejón (Técnico FBM-FEB) y a Benjamín Jiménez Trujillo (ACB), que nos ayudarán este año 2009. A Mateo Ramos y a Valenti Junyent, por las facilidades dadas sin ninguna duda. “El único deber es el deber de divertirse terriblemente." (Oscar Wilde)

jueves, 11 de octubre de 2012

Andrés, un árbitro y su sueño

30 de septiembre de 2012, 18.30 h., Santiago de Compostela. Un chaval madrileño (de Alcorcón exactamente), de sólo 24 años cumplidos (el pasado 9 de septiembre), debuta como árbitro de la Liga Endesa ACB. Redondo y Benjamín Jiménez son sus compañeros. Sólo ocho años antes pude conocer a Andrés Fernández, cuando era un adolescente árbitro de primera autonómica que nos ayudaba a completar un trío de árbitros que acudíamos a los campus de Estudiantes en verano para impartir un taller de arbitraje.


Cuando comenzamos en el 2004 sólo éramos dos árbitros. Un gran amigo que actualmente arbitra en la LEB y yo. Éramos un taller más como podía ser el de los globos o el de papiroflexia (sin menospreciar a estos divertidísimos talleres). Con una televisión de tubo y unos videos VHS de jugadas que habíamos copiado de aparato en aparato del Eurobasket cadete que se celebró en Rivas (Madrid) en 2003, dimos el pistoletazo de salida con una actividad nueva para todos.

En 2005 quise incorporar a otro árbitro. El club lo vio con buenos ojos pero la condición era que no podía acudir como árbitro profesional. Después de pensar, surgió la posibilidad de que Andrés, un chaval con 16 años, acudiera de voluntario al primer turno y así dejábamos de ser ‘una compañía’ para pasar a ser una ‘multitud’ (como dice el dicho). Ya nos divertíamos arbitrando los tres.

Nosotros acudíamos a un primer turno y a un tercero los primeros años. Andrés sólo fue invitado al primer turno. El árbitro del tercer turno falló y no dudamos en invitarle a él para ese tercer turno, pero de nuevo como voluntario. Accedió de inmediato.

En 2006 tuvimos en el campus una visita especial. Andrés ya acudía como árbitro profesional. Venía a darnos una charla el entrenador, Pedro Martínez. Aquí es donde me cabreé con Andrés, pues él no sabía quién era Pedro. Les obligué a los árbitros a estar en la charla y aprendió mucho de ella. Andrés conocía a los árbitros ACB, sabía quién era cada uno (al igual que a sus compañeros) pero muy poco al resto del colectivo baloncestístico. En los campus aprendió a soltarse con los entrenadores de cantera, a poder discutir alguna noche con Nacho Azofra sobre el nivel de los árbitros y conoció a muchos jugadores que luego arbitraría en competición.

Andrés fue anotador antes que árbitro. Pero sus condiciones físicas (1,90 m.), complexión delgada y fibrosa y su buena predisposición para el puesto le procuraron una carrera fulgurante. Él ascendía casi año a año.

Estaba muy implicado y lo tenía muy claro. Al año siguiente me dejó ‘colgado’ por una charla ‘voluntaria’ en Alcázar de San Juan sobre arbitraje a tres días de comenzar el campus. A pesar de su ausencia, decidí seguir contando con su valía e ilusión. Como informático, él era el que se encargaba de la parte audiovisual que ya utilizábamos con los mejores medios.

En 2008 ya habíamos crecido mucho. Una idea de Juan Rodríguez (un organizador del campus) nos había llevado a invitar a Juan Luis Redondo a dar una charla en el campus tanto a los chavales como a los entrenadores. Juan Luis fue muy amable con nosotros y nos regaló sus camisetas de colores de la ACB (como se ve en la foto). Lo que nunca podíamos pensar ninguno es que, sólo cuatro años después, Andrés vestiría esa camiseta naranja que se había puesto en la foto pero ya con su propio número (56) y en compañía, además del propio Juan Luis.

Estudiantes siempre se muestra orgulloso de haber fichado en el campus de Granada a un jugador como Daniel Clark. Ahora podrá decir que participó en la formación (parte de ella) de un árbitro ACB en unos cuantos campus.

Quería dar las gracias a Juan Luis Redondo, Antonio Conde (que acudió el año que se casaba), a Benjamín Jiménez, a Castillo, a Anna Cardús (que se cogió un día de trabajo para poder estar con nosotros), a Emilio Pérez Pizarro (que acudió lesionado del cuello del que se tuvo que operar), a Daniel Hierrezuelo (que hasta nos regaló el dinero de su viaje para el bar) y a Alfredo Ortega (técnico FEB, ex ACB, maestro de árbitros madrileños). Estos son los grandes compañeros que tendrá Andrés en la ansiada ACB.

A Mateo Ramos, García Chápuli y, sobre todo, al alcalde actual de Manresa (antiguo director de arbitraje ACB), Valentí Junyent, por haber dado la cara en la peor temporada (2010 con la huelga).

María, Ana, Óscar, Víctor, Paco, Pablo, Carlos, Andrés, y lo que yo más gané, Jose Luis, un amigo. Un tesoro. Mi equipo.

A José Canales Benayas, por dar la posibilidad de realizar una actividad pionera en España.

También hemos participado con entrenadores de base del Real Madrid, Baloncesto San Fernando y colaboramos con el campus Xavi Sánchez de Murcia.

"¿Por que debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mi?" (Groucho Marx)

miércoles, 1 de agosto de 2012

En deuda de oxígeno

Artículo dedicado a la ciudad de Granada y a la muerte de su baloncesto(2012) después de haber pisado la luna ACB unos cuantos años antes(1986) 29-09-2005 02:12:24 Gonzalo A. Gómez Valcárcel Granada, primavera de 1986. Hace casi veinte años un equipo `innombrable´ para el baloncesto intentaba, sin que se enterara casi nadie, el ascenso a una cima llamada ACB (una montaña muy superior en dificultad a las queridas Mulhacén y Veleta de la tierra). En un pueblo muy feo, casi todo industrial, a 10 kilómetros de Granada y llamado Albolote, unos jugadores intentaban conseguir la proeza que un día soñó su presidente. Para eso se entrenaban todos los días a destajo y jugaban de la misma forma los partidos de la cuenta atrás. [Antonio G?mez Carra (Foto: IDEAL)] Antonio G?mez Carra (Foto: IDEAL) Manolo Cueto fue avisado de que el equipo debía ascender y que esa era la premisa con la que contaba el entrenador. Cueto habló con el presidente y le asesoró para que fichase a un técnico que él conocía de los cursos nacionales y que se asemejaba al perfil que el presidente buscaba para que sus chicos Álvarez y Cía. se fajaran en pos del objetivo. Cueto pensaba que el Oximesa (Oxígeno Medicinal Sociedad Anónima) debía quitarse las `bombonas de oxígeno´ y recibir a un entrenador que les hiciera trabajar como si de un ascenso a un pico de la localidad se tratara… Pero todo ello sin bombonas, claro. Y aunque tuviesen la tentación de cogerlas en la entrada del club, aquello estaría prohibido (jugaban en el campo de la empresa, dentro de la empresa, como muchos recordarán el pabellón José Antonio Murado, nombre del presidente, el primer `loco´ de este proyecto). La ascensión fue programada a principios del año 86. Cabezas, Spicer, Clavero, Ibáñez, Luis Álvarez, José Álvarez y unos cuantos `escaladores´ más se pusieron las botas para acometer lo que para todo el mundo era una utopía: SUBIR AL PRIMER EQUIPO DE GRANADA AL PICO ACB “EN DEUDA DE OXÍGENO” y con el ácido láctico cubriendo sus maltrechos cuerpos. El principio fue lo más difícil. La adaptación al nuevo jefe de expedición, Antonio Gómez Carra, hizo que más de uno dudara en conseguirlo y si ese sacrificio merecería la pena. Otros `escaladores´ pensaban que no iban a llegar a la cumbre, y en el caso de conseguirlo morirían en el intento y no podrían seguir en el equipo. Este último detalle les encogía el corazón a todos, pero de especial manera al entrenador, quien no dormía, no comía bien, viajaba demasiado, preocupado insistentemente en subir la montaña más difícil del mundo para él (en este caso ni Veleta, ni Mulhacén para él; tal vez la montaña más difícil del mundo, la asesina K-2, encubierta por las siglas ACB). Tenía yo 13 años cuando esta expedición espectacular se llevó a cabo, y creo que no hay mejor edad para disfrutar viendo ascender a tus `héroes, conociendo sus entrenamientos y sus palizas todas ellas en “deuda de oxígeno” y con mucha `mala follá´ de su jefe de expedición (y eso que no era de la tierra.) [Spicer intenta encestar rodeado por Randy White, Fern?ndez y Creus, y con Clavero y ?lvarez al fondo (Foto: IDEAL)] Spicer intenta encestar rodeado por Randy White, Fern?ndez y Creus, y con Clavero y ?lvarez al fondo (Foto: IDEAL) En la ascensión no puedo recordar tantas dificultades como el grupo protagonista, pero sé que cada vez se iban quedando con menos oxígeno, según iban cumpliendo objetivos. Recuerdo auténticos desafíos en Villalba frente al Bancobao, etapa que hizo mucho daño al no superarla y que hizo pensar en la retirada… Pero lo que nunca olvidaré, ni lo cambiaría por nada en este deporte, fueron los últimos metros de ascensión protagonizados por este equipo, que pude presenciar como espectador de excepción y con mi adolescencia a flor de piel. Acompañé al equipo en los dos últimos `play-off´: El primer campamento base en Burgos, el Tizona. En Granada se ganó primero y en Burgos, después (abarrotado ese campo). 2-0 (`play-off´ al mejor de tres partidos, ya que la federación dictaminaba que el que tenía mejor posición en el `play-off´ jugaba primero un partido fuera e hipotéticamente dos en casa, si era preciso desempate). En ese momento ya estaba el equipo `Al filo de lo imposible´. Murado ya había colocado su pirámide de la suerte debajo de los banquillos del equipo, creyendo que así podrían tener más suerte en sus partidos, ya que sabía que el Oximesa era netamente inferior a todos los equipos que aspiraban al ascenso. Y llegaron los últimos esfuerzos, los últimos entrenamientos “en deuda de oxígeno” y los nervios... Les esperaba lo peor: el poderoso CAJA DE RONDA de Málaga. Su jefe de expedición, Arturo Ortega. Sus hombres: Toñín Llorente, Germán González (un `killer´ anotador en aquel momento), Quique Villalobos, Mike Schultz (q.e.p.d.) y muchos más en un equipo que estaba más preparado para una ascensión por experiencia y calidad. ¿Quiénes eran los Álvarez? ¿Quién era Clavero con 18 años? ¿Y qué americano era Spicer? ¿De dónde había salido Ibáñez? Cabezas era probablemente el jugador con más nombre al haber sido internacional uruguayo, pero ya estaba algo mayor y, aunque mantenía un tiro de tres espléndido, ya estaba dando su último, aunque excelente, gran servicio. [Ib??ez salta con un jugador del CAI (Foto: IDEAL)] Ib??ez salta con un jugador del CAI (Foto: IDEAL) Todos, absolutamente todos, dieron un rendimiento y trabajaron con una profesionalidad fuera de toda duda. Los mejores Álvarez de siempre; Ibáñez, espectacular; Spicer, colosal; Clavero, anotador; Cabezas, mejor sexto hombre, etc. “Lo posible se hace, lo imposible se intenta”, debieron pensar estos hombres para afrontar los partidos frente a los poderosos componentes del equipo malagueño y su “caja” de ahorros de Ronda. El primer partido en Graná, casi ná. Del desarrollo del mismo ni me acuerdo porque estos partidos los vivía sin ver apenas el juego. Cuando ves un partido tan importante en tu vida desde la grada lo observas de una forma tan especial que te quedas con lo básico del juego: un tiro libre vale uno, de dos, dos, y de tres, pues tres. Lo demás, una mezcla sufrimiento-placer imposible de contar. Sólo se puede sentir. Se ganó, pero no te enteras hasta casi al día siguiente de la tensión que tienes en el cuerpo (dicen que los protagonistas lo acusan menos porque en el campo están más sueltos), pero yo creía que la emoción me desbordaba. Estaba completamente histérico y sabía que esa histeria era proporcionalmente igual en un bando que en otro. Era taquicárdico todo esto. Ya pensaba de pequeño si merecían la pena de verdad estas sensaciones. Málaga, Ciudad Jardín. Rivalidad total entre dos ciudades prósperas. Caja de Ronda a ochenta minutos de la ascensión; Oximesa, a cuarenta minutos. Murado vuelve a colocar su pirámide en el banquillo, desconociendo que ascendían a una “montaña asesina” y no a una maldita pirámide… Pero bueno, el jefe era el jefe y la superstición del mismo había que respetarla. El Jardín no era un jardín, era un `puto manicomio´ de estrés y pasión. Vuelvo a no tener ni idea del desarrollo del juego; sólo sé que los `cajistas´ eran muy buenos, y que la cosa se puso difícil. Y no recuerdo más que el final. Yo creo que tuve amnesia total hasta que pitaron el fin. Sólo recuerdo que pitan el final y que se ha ganado, que se ha ascendido al pico más alto en este deporte español, la ACB. A José Antonio Murado se le ve correr desde el fondo de la pista para fundirse en un abrazo con el jefe de la expedición en el medio del campo. La utopía dejó de serlo, y jugar contra Epi, Solozábal, Jiménez, Fernando Martín y compañía se convertía en realidad. La vuelta a Granada desde Málaga fue casi inenarrable. Pude vivir desde dentro del autobús las emociones más alegres que unos seres humanos habían podido transmitirse entre ellos. Y se llegó al Ayuntamiento, con la plaza hasta arriba. Y por fin volvió el oxígeno a la vida de la expedición. Muchos saben que, gracias a este esfuerzo, se pudo cumplir un sueño. Pocos conocen que para cumplir ese logro, trabajar en deuda de oxígeno conlleva tener que hipotecar tu salud. ¿Quién está realmente en deuda de oxígeno? ¿El jefe de expedición? ¿Los jugadores? ¿El presidente? ¿O el maltrecho corazón del protagonista de este artículo?

martes, 5 de junio de 2012

El día que se perdió la paz en Madrid

02-07-2004 01:19:22 Gonzalo A. Gómez Valcárcel LA PAZ Club Deportivo, ubicado en el humilde y querido pueblo del sur de Madrid de Parla. Martes 11 de mayo –otro 11– de 1999, el diario "AS" –de la mano de Enrique Ojeda– publica en sus páginas dedicadas a Madrid que un equipo de Parla se acaba de alzar con el campeonato sub-21 de la categoría por encima de los equipos Bansander, CREF ¡Hola! (mi equipo como entrenador en esa fase final) y Arcángel. La información se recogía a toda página y con el título "La paz reina en Madrid", un juego de palabras que en ese momento quedó precioso y que, en su justa medida, recompensaba a un club que había hecho un esfuerzo titánico en una fase final inolvidable para todos los que pudimos vivirla, superior incluso a otras de mayor envergadura como puede ser una competición cadete o júnior. En esa fase final hubo camisetas conmemorativas, programas de información de la misma, música, presentación, bar en el polideportivo Villa de Parla, placa para todos los presidentes de los clubes finalistas, trofeos, medallas… Y todo para unos jóvenes que en su gran mayoría terminaban una etapa como jugadores de baloncesto, aunque 2 o 3 dieron el salto a la EBA posteriormente. Todo esto se debió al esfuerzo de Luis Otero (presidente) y su directiva, a quienes se lo agradeceré, como participante, siempre. Temporada 2003-2004. Dejo voluntariamente de ser entrenador (por el momento) para dedicarme a otra de mis pasiones: arbitrar. Me dedico tanto a eso que no sólo comienzo los fines de semana, sino que también acepto que me asignen partidos entre semana. Y llegó el día N –de negro– para los madrileños y en concreto para mí de manera demasiado especial: Jueves 11 de Marzo de 2004: La paz deja de reinar en Madrid como todos sabéis. Ese día estaba designado para dirigir un partido a las 18.30 horas en un colegio que acaba de celebrar el vigésimo quinto aniversario de su torneo, el Cabrini, un club de mucha solera y que en el baloncesto tuvo una gran importancia por su potencial en féminas… Curiosamente, jugaba contra La Paz, C. D. ¿La Paz el 11-M? ¡Nooooo, por favor! ¡A mí, no! Recibí una llamada ese jueves de la Federación Madrileña de Baloncesto advirtiéndome de que el equipo visitante ese día no hacía acto de presencia al partido y que lo diera como "No presentado", y que escribiera en el reverso del acta todo lo sucedido. Hice caso a mi federación y así sucedió: me di cuenta claramente de que la paz había dejado de reinar en Madrid, justo cuatro años y diez meses después de aquel titular de Enrique Ojeda en el "AS". La PAZ dejó de reinar, dejó de jugar y dejó de vivir por un día entre todos los madrileños. Y a la jornada siguiente lloró Madrid de impotencia con una lluvia torrencial… P. D.: Mi condolencia a todos aquellos que directamente sufrieron el brutal atentado.

miércoles, 30 de mayo de 2012

El sexto sentido

16-09-2009 23:16:58 Gonzalo A. Gómez Valcárcel ‘El sexto sentido’ es un ‘thriller’ sobrenatural archiconocido por todos los que mínimamente ven cine que está protagonizada por Bruce Willis y Haley Joel Osment en 1999. En la película sólo hay muertos en realidad, pues Willis muere nada más empezar el film y pasan a un supuesto sexto sentido para justificar, por parte del protagonista, una muerte que no tiene remedio. Esta película estaba ‘casada’ con el seis curiosamente, porque fueron exactamente los Oscar a los que estuvo designada. La selección española va a ganar el oro. Estoy convencido y más ahora, incluso, que cuando empezó, que es cuando no me gustaba nada la plantilla (Suárez tenía que haber estado por un base). Scariolo es muy listo y sabe que las declaraciones de Marc Gasol -era para haberle puesto una fuerte multa, incluso para haberle echado al igual que como entró, por la puerta de atrás de la mano de Pepu (siempre pensare toda mi vida que fue su hermano el que lo impuso cuando no jugaba nada en Barcelona)- iban a dar un giro positivo psicológico. Se ha tornado todo en una reacción positiva dentro del caos para que entren en acción los hermanos y demás y se lleven el oro de Polonia. Este campeonato lo gana la rabia de los jugadores. La ira de los Gasol es grande, y ellos marcan diferencias cuando quieren… Calderón, deja la ‘alcachofa’ y sal a poner orden. A lo mejor el sexto sentido se pierde por la dirección. Igual es lo que falta: Oído, gusto, tacto, vista, olfato y ¿dirección? Ese sexto sentido lo tienen, pero en un ente televisivo. Mal asunto. La selección española quiere ganar con un sexto sentido. Un sentido que no existe, que pertenece al juego muerto que está exhibiendo, igualito que el desarrollo de la película. España debe de utilizar los únicos cinco sentidos que tenemos todos para ganar, nada más. Que se olviden de lo extradeportivo, que se olviden del qué dirán, que se olviden de que son televisados por el ente del ‘sexto sentido’, la televisión de los ‘más listos’ y de los de ‘padre de familia’ (serie muy ‘constructiva’ para la sociedad). Una gran educación con un gran sexto sentido. Me quedaba con los payasos (Miliki), que de pequeño veía en otra cadena. La que había, la verdad. Para morirse, vamos. Olviden las declaraciones de Marc Gasol (ya que no ha sido ni multado ni apartado a pesar de que falta el respeto a su compañero Llull, a Scariolo, y a la FEB). Y encima nos cuentan que no es así. Que incluso se refería a los árbitros o que el inglés le lío… Debe venir todo del humor de uno de sus comentaristas. En el ente televisivo del ‘sexto sentido’ están más muertos que la propia selección. Tenemos cuatro comentaristas. Andrés Montes cumple con su papel de siempre a la perfección y le da la gracia conveniente, Epi es un señor educadísimo, Calderón casi no puede ni hablar y es el que más podría y debería hacerlo. El cuarto hombre es el que tiene el papel de meterse con todo aquello que repudiaba, repudia y repudiará: los entrenadores exigentes -la crítica hacia Aíto ha sido descarada y deplorable-. Y de los demás se ríe sin cesar sin ser cesado. García Reneses ha conseguido lo máximo con la selección en unos Juegos Olímpicos, cuando ni le dejaron ‘caminar’ por igual con el ‘imperio’ USA en una final. Se mete con todos los árbitros, cuando ni él mismo sabe cuándo se introdujo en el reglamento la antideportiva en sustitución de la intencionada (dijo que la antideportiva es del año 98…). A la Sexta le debemos mucho por su apuesta por el baloncesto, pero no se puede permitir que a la ligera se menosprecien a las personas más respetables y trabajadoras de nuestro baloncesto actual. P. D.: “O usted se ha muerto o mi reloj se ha parado." (Groucho Marx) • El autor escribió este artículo antes del partido España-Polonia

miércoles, 9 de mayo de 2012

Antes de la lluvia

“Me echan por trabajador. El club quiere pagar bien a los jugadores pero no permite que el entrenador les exija lo que se puede esperar de ellos”, Chus Codina dixit. Gran entrenador (ya no está entre nosotros), posiblemente del mejor quinteto de todos los tiempos de Estudiantes: subcampeón 1981. Vicente Gil, Alfonso Del Corral, ‘Sapo’ López Rodríguez, Slab Jones y, por supuesto, el hombre que primero pisó la luna NBA, Fernando Martín... (Felipe Sevillano en los libros del 60.º aniversario, de 2008)

Sí señores, Jesús Codina fue destituido en el club Estudiantes después de lograr un subcampeonato sencillamente maravilloso. Estudiantes Mudespa. Qué tiempos. Ya me lo decía el bueno de Luis Cebrián, ese trozo de pan que fue su preparador físico y, a la vez, mi profesor de Educación Física en Ramiro: “A Chus lo echaron aunque no te lo creas”. Cebrián, junto al jugador Izquierdo, sobrevivieron a la lluvia (de gloria) y se mantuvieron posteriormente en el club…

Después de la lluvia…

1982. Enrique Ojeda, Martín Tello, Carlos Jiménez, del diario ‘As’, o Felipe Sevillano lo pueden contar mejor. Yo sólo tenía 8 años. Demasiado pequeño, tal vez, para acordarme de todas las movidas que a partir de esos momentos se sucederían en un club plagado de errores, un club donde lo último, realmente, era el entrenador. Estamos hablando de hace 30 años.


¿Por qué un entrenador del primer equipo es peor tratado que los jugadores, la afición, los padres, la prensa, los directivos…? Este es el antes de la lluvia, el después ya está escrito. ¿Cómo es posible que mi padre, Antonio Gómez Carra, tenga mejor aspecto físico con casi 70 años que con 40? Hablo de aspecto, no hablo de engendrar enfermedades por estrés, ponerse como una ‘cochina’ por eso. A los 42 años le detectaron una diabetes, y en 1992 tuvo que dejarlo por una operación a corazón abierto en el hospital de Basurto (Bilbao) que casi le cuesta la vida. Granada, Badajoz y Bilbao fueron los clubes y ciudades donde le trataron como a una persona y a un entrenador de élite. ¿Por qué en esas ciudades era el ‘amo’ del equipo? ¿Nadie es profeta en su tierra? Menuda gilipollez andante.

Perteneció al equipo denominado de las ‘vacas flacas’ por diario sensacionalista y amarillo que nos ‘MARCAba’ el paso.
Hay que leer el panfleto que hizo ‘Marca’ de los 50 años de Estudiantes en 1998… cosas de la vida… tal vez por eso se quiso celebrar un cumpleaños posterior para hacer bien las cosas… ¿quién celebra 60 años en la vida? Creo que nadie…

1983: ‘Atentado’ contra Paco Garrido. Primer año del ‘Kukux Clan’ Demente y la xenofobia (los americanos eran Aleksinas y el entrenador NBA, Terry Stotts, más blancos que el chocolate ‘Milkibar’). Casi descenso con Huesca. Paco sobrevive pero tiene muy mala prensa… es destituido el 5 de diciembre de 1988…
Era el entrenador de mi ídolo David Russell (mejor jugador de la historia del club) y del que no me caía tan bien, el ‘oso Pinoso’. Paco es una grandísima persona que jamás hizo ninguna cama en su día a nadie, ¿Qué vago, no? No, ¡qué majo!

Del ‘Cura’ Miguel Ángel Martín me niego a escribir ni una sola letra. Que lo haga el que lo trajo, Pablo Casado…

”’Acuchillar’ a los amigos es lo más feo en la vida, Casado…”

Mariano Parra (d.e.p.), allí donde estés es bueno que no veas esto. Tú eras un tipo muy sensible como para ver descender al Estudiantes. Eras otro ídolo que llevaba al filial del Colegio Logos, que iban de blanco y verde (Antúnez, Caballito, Calviño, Luis Mosqueda, etcétera). Ellos te recordarán siempre, seguro. Tu paso por otros equipos dejó huella. Las chicas de Canoe no te olvidarán, ni tampoco los leoneses del Elosúa…

Y la actualidad y los hechos marcan al club. El ‘cementerio’ de entrenadores es descomunal (Charly Sáinz de Aja, Pedro Martínez, Mariano De Pablos, Orenga, Perasovic, Casimiro, Otra vez Pepu…). Y se termina esta historia del club de los entrenadores muertos… con Poch. Un hombre que dijo que llegaba de ‘bombero’, pero que no supo que hay ciertos colosos que las llamas nos las apaga ni el mejor cuerpo de Bomberos de la torres gemelas…

Y todavía nos engañamos y culpamos a una persona como Ángel Goñi, amante del baloncesto de formación, cuando le dice que ¡no!, hasta en tres ocasiones, al profesionalismo y al Estudiantes ACB.

¿Quién mejor que Ángel pudo ver el maltrato a los entrenadores del club? Si él no quería ser ni ayudante de Pepu y le obligaron a estar hasta diez años…
Realmente, el más listo de la clase… de todos los entrenadores. Sin duda. ¿Más malo? ¿Buena persona o mala persona? No lo sé, el más inteligente, ¡SEGURO!

“Este film va de círculos, círculos imposibles, incompletos, deformados, usurpados, detenidos y lluviosos. La tormenta nunca pasa, no existe un "después de la lluvia", el círculo no se cierra porque el tiempo no vuelve y así los protagonistas están condenados a sufrir una realidad temporalmente imposible ya que ninguno tiene otra salida. No importa que te vayas, que corras, que vuelvas, que le dejes o que mueras porque la vida es un círculo del cual olvidamos su comienzo y desconocemos el final.

Viaje al odio

Buena y sugerente visión de cómo el odio lo destruye todo, tomes o no tomes partido en él. Tres historias entremezcladas sobre Macedonia (única de las exrepúblicas yugoslavas que no se lió a tiros con los serbios), dos de ellas en un pueblo perdido de las montañas y la otra historia en el corazón de Londres. Espléndida fotografía y paisajes de un país castigado por el enfrentamiento interno. Ver cómo el odio lo destruye todo, sin motivo ni razón, sólo por odio infundado, es demoledor. Nadie está a salvo. De las tres historias que se cuentan, la mejor, sin duda, es la tercera; un hombre que vuelve a casa después de 16 años y decide instalarse y buscar a la mujer que ama. Pero Macedonia ya no es una convivencia pacífica entre comunidades. Debido a la guerra de Bosnia, musulmanes y cristianos se temen y se odian, pero sin ningún motivo lógico o verdadero, aunque tomen banales excusas, como la que ponen los cristianos: “No olvidéis lo que nos hizo el imperio turco”. ¿S.A.D, Fundación Estudiantes y Club deportivo?...

‘BEFORE THE RAIN’ (1994). MACEDONIA. GUERRA DE LOS BALCANES
 Nominación al Oscar como mejor película europea en 1995, el año que arrasó la obra maestra de la superación del hombre, ‘Forrest Gump’, de Robert Zemeckis.

“Prefiero molestar con la verdad, que complacer con adulaciones” (Séneca. Siglo II antes de Cristo)

jueves, 3 de mayo de 2012

Un bien imprescindible

18-12-2005 01:39:49 El árbitro es un baluarte del baloncesto que jamás puede morir. Sin él, el baloncesto muere como deporte de equipo. Todo el mundo estará de acuerdo: Si un partido quiere disputarse, el árbitro es imprescindible. Puede que un equipo no se presente; ganará el otro. Pero para constatar que un partido se ha jugado tiene que estar el árbitro (los auxiliares los considero del equipo arbitral, que conste en acta). Un entrenador es prescindible (puede firmar un capitán y juegan); un jugador, también, pero un árbitro, no. Si no hay árbitro, se repite un partido las veces que haga falta, salvo que queramos jugar con máquinas o como máquinas. Entonces, deberíamos cambiar la denominación a este deporte. Me he tirado toda mi infancia, adolescencia y juventud escuchando la misma serenata: “El árbitro es un MAL NECESARIO”. Mis seis hermanos y yo teníamos `cien mil´ partidos federados y, por tanto, catorce árbitros semanales de los que hablar; ningún informador de árbitros podía ver tantos partidos como nosotros. Por si era poca la relación que manteníamos con el arbitraje, contábamos con una persona en la familia que, para colmo, se dedicaba a este deporte profesionalmente como entrenador. Él árbitro de baloncesto ya formaba parte de nuestras vidas desde que nacimos. Actualmente el árbitro es una `especie protegida´: hay muy pocos y la estadística (al menos en Madrid, mi ciudad) dice que descienden vertiginosamente cada año. Por eso, son más imprescindibles según pasa el tiempo. Y son un bien para nuestro deporte muchos de ellos, porque los hay muy buenos… El que destaca arbitrando no tiene nada que envidiar a otro deportista. Otro tópico malintencionado es que el árbitro es un jugador frustrado. Incierto; he visto a personas amar esa vocación, invertir muchísimo tiempo en las carreteras y en los campos. Así las cosas, me parece imposible pensar que haya, en general, intereses de otro tipo que no sea el de hacer una labor de la manera más honrada posible. Muchos tendrían que aprender del compromiso del árbitro con este deporte y trasladarlo a actividades de sus propias vidas. Como en botica, hay de todo, y algunos árbitros no han tenido un gran aprendizaje ni como jugadores ni como entrenadores. Sin embargo, a muchos pueden envidiárseles el autocontrol del que hacen gala; aprendiendo eso, podrían rendir mejor en la pista o a la hora de plantear un partido. Desde mi punto de vista –ex jugador, entrenador y árbitro en activo– considero que el problema del arbitraje es grave: es el que más se sacrifica y el que menos obtiene. Eso de que el árbitro nunca gana ni pierde es otra leyenda: gana o pierde continuamente, y en menor espacio de tiempo que un entrenador o jugador. Él árbitro no tiene segundas oportunidades y no se le olvida ni a él ni a sus responsables lo que sucede desde el minuto uno. Un equipo trabaja hacia una victoria global, en pos del triunfo final y en búsqueda permanente del olvido de la tensión, vencer al sufrimiento que genera la incertidumbre del baloncesto y que ningún deporte es capaz de segregar (aquí me acuerdo de lo de la `droga´ de Pinedo). El árbitro jamás puede agarrarse a ese consuelo de ganar al final porque no lo tiene. Al árbitro lo matamos todos. Desde el primer educador del jugador que es el padre (menudo papelón), hasta el último espectador, pasando por el comportamiento en el propio campo de jugadores y entrenadores. Si la salud es lo más preciado en la vida de un ser humano, la salud del baloncesto es tener árbitros (buenos y malos, inevitablemente) o acabará enfermando hasta morir. Para los creyentes, el padre podría ser el entrenador en un campo; el hijo, el jugador, y él árbitro, por supuesto, EL ESPÍRITU SANTO. Así es de importante. El arbitraje puede llegar a ser una de las mejores las formaciones. Arbitrar es muy bonito, tanto como puede ser jugar o entrenar. Querer es poder. Arbitra si quieres. Da mucho. Jugar y entrenar nunca aportan lo mismo. • NOTA: En memoria de Inmaculada Portalo (d.e.p.), una compañera que se fue cuando se trasladaba para dar servicio a los demás.

sábado, 21 de abril de 2012

Cuando un hermano se va...

Todos nos sabemos la sevillana que dice aquello de “Algo se muere en el alma cuando un amigo se va...”. Lo que desconozco es si hay letra para cuando un hermano se va, ¿Qué es lo que muere en nosotros? Tengo seis hermanos, prefiero no pensarlo… Dicen que se ha muerto Garibaldi. Eso se anunció hace mucho tiempo antes de que existiera incluso la ‘famosa’ Demencia en los partidos que el Estudiantes jugaba en el frontón Fiesta Alegre contra los todavía no nombrados ‘vikingos’ (Río Muni, les llamaban).

Entonces, hace como más de cincuenta años, Manolo Cavido (1905-1990) se encargaba desde el Ramiro de transformar balones de fútbol en balones de baloncesto, porterías en canastas, comprar chándales para el primer equipo de Estudiantes (José Luis Sagi-Vela, Javier Codina, Pleguezuelos, Mimoun, Jesús Codina –entrenador y jugador–, Juan Martínez Arroyo, José Ramón Ramos y Goyo Fraile). Esto aparece en el libro enciclopédico de Martín Tello y Carlos Jiménez (‘AS’) ‘Cincuenta años de baloncesto en Castilla’, que tengo la suerte de poseer. En esa foto adjunta (creo que es la temporada 62-63), los jugadores aparecen con un chándal que lleva el nombre de Ramiro de Maeztu. Seguramente, se lo quitaban y ya aparecía la camiseta del Estudiantes… Eso significaba la unión de un club de baloncesto y un centro académico como Dios manda. Cincuenta años después, ¿qué queda?

Ramiro cumplió este año 72 años, pero Ramiro ya no es lo que era y ha perdido la cabeza (aneurisma cerebral). Su hermano pequeño, Estudiantes, tiene 64 y, por cosas del destino, está muy enfermo también y en grave peligro de estirar la pata, aunque dicen que sobrevivirá con aquello que no le gustaba tanto a su hermano el mayor, la maldita publicidad. Esté en la categoría que sea, el ‘Estu’ seguirá vivo. Los médicos (¿Michel Bufalá?) así lo aseguran.

Resulta curioso que el hijo de uno de aquellos grandes jugadores de la plantilla del Estu-Ramiro (Pablo Martínez) ideara en el año 2002 un equipo casi con las mimas ideas junto a quien esto escribe. Pero este equipo iba separado por completo de Estudiantes. O eso queríamos. Este sueño duró escasamente 9 años (2002-2011). Ramiro cumplió en el 2010 70 años y lo celebró a lo grande en Badalona, en la mejor fase final que ha tenido la organización (la Penya es mucha peña, trabajan muy por encima de nosotros, muy unidos, mucho más que los madrileños).

Pero Ramiro estaba solo en tierras catalanas. Ni su directora hizo acto de presencia. A su jefe de estudios se le prohibió viajar con el equipo y el equipo fue muy mermado en efectivos. Podría haber llevado al mejor equipo posible, pero la desunión por parte de los hermanos, que no existía antes (iban de la mano a todo), dejaron al pobre Ramiro en una situación compleja ante la final deseada de las canteras. Badalonés, el ‘cole’ de Ricky Rubio, David Jofresa (el hijo) y los hermanos Pere y Joan Tomás y tantos verdinegros se llevaron con demasiada facilidad la final de Madrid contra Barcelona en canteras (en realidad todo estaba montado para esto…) Teledeporte (otra tele moribunda) fue testigo del partido. No se escatimaron medios por parte de los del Juventud.

Juventud era el primo mayor de Ramiro, de 82 años. Ramiro se murió el año pasado. En Málaga jugó su última final dirigido por Íñigo de la Villa, mi ayudante y gran ‘ramireño’. Con 71 años, ya le dieron por jubilado. Le echaron de las ligas escolares de la ‘Esperanza’ por ser abusones y
ganadores en el 2010 (dicen que era muy superior a pesar de que ganó dos partidos por 1 punto y jugaba con jugadores del C… exclusivos del centro), la ACB dejó de realizar las series colegiales este año (la ‘naranja móvil’ dejó de poner dinero) y la generación del 94 se quedó con las ganas de disfrutar por última vez (segundo de bachiller) del juego más deseado por los alumnos de cualquier colegio del país. Jugar con tus compañeros de clase…


Existe una copa colegial (sólo en Madrid) organizada por Martínez y Carabias (los ‘Pablos’), pero tampoco Ramiro fue invitado. Hubo un intento por parte de Pablo de acudir al rescate a principios de este 2012 (por su centro), pero fue infructuoso. El hermano mayor ya estaba en la UVI.

Ya no hay fantasía en las tres cuartas partes del escudo del centro. Sólo queda el norte, Estudiantes (una cuarta parte)… Antes de que Ramiro muriera en baloncesto, se jubilaron sus amigos Gárate (primer árbitro internacional del centro y profesor de gimnasia), Cebrián (preparador físico de la primera plantilla y profesor de gimnasia), Miguel Ángel –‘Musculitos’ o ‘Sargento’– (delegado de equipo de Estudiantes y profesor de gimnasia), Egea (mi profesor de gimnasia de la E.G.B.)… Sin estos apoyos de sus amigos, Ramiro se deprimió más todavía. Sólo le quedó su inseparable y gran amigo Geny, el de la cantina… para recordarle eternamente… allí tiene un mini museo de estos maravillosos años que ya no volverán.

miércoles, 11 de abril de 2012

Borrallo

10-07-2005 02:38:36 Conocí a José Manuel Calderón Borrallo el verano de 1996, cuando me disponía a sacar el título de entrenador de segundo nivel en el querido Colegio Menesiano de Madrid. Por aquel entonces, a una persona de la Federación Española de Baloncesto, Alberto Gómez Pastor, se le ocurrió la feliz idea de que acudiera como entrenador en prácticas a la preselección española cadete 81, que se reunía en el INEF de Madrid. Preselección dirigida por el entrenador del Ricoh Manresa, Xavi Rodríguez, ayudado por Chus Mateo (segundo de Scariolo en el Unicaja). La preparación física la dirigía José Canales (Estudiantes) y por supuesto que había mucho más `staff´ técnico tan bueno como los citados, pero siento no recordar sus nombres. José Manuel sólo tenía 14 años. Era uno más en aquella selección y, como todos, tenía mucho miedo de no pasar el corte y quedarse sin formar parte de los doce definitivos. Yo estaba convencido de que era un fijo como escolta, ya que de base jugaba Hugo García, que en aquel momento venía del Madrid y tenía un gran nivel. Pero José Manuel era un chico inseguro, demasiado humilde, y no creía que pudiera quedarse por eso. Cuando lees la última entrevista suya en 'Gigantes' no es de extrañar que diga: “Es a la primera selección donde veo que voy fijo” (la absoluta, claro). Lo que siempre ha tenido Jose es una capacidad de sacrificio y una disposición al trabajo envidiables por cualquier jugador profesional. He tenido la suerte desde pequeño de conocer infinidad de jugadores profesionales que han salido de la cantera; que han venido desde los Estados Unidos (ya sea de la universidad o desde la NBA), y hasta algunos que han venido con su anillo ganado en la mejor liga del mundo. Muchos de ellos han sido hasta 'héroes' para mí. Pero desde que conocí a Jose y seguí su trayectoria en nuestro baloncesto, me di cuenta de que estoy ante un ejemplo para todas aquellas personas que tienen una forma de ver el baloncesto en España y que desean que el jugador español sea un referente. Calderón tiene más mérito porque no es un jugador exclusivo de talento. Es más, yo creo que hubiera sido un simple `jugadorucho´ de no haber trabajado tanto. Existen jugadores con talento innato que trabajando mucho llegan muy lejos (el ejemplo de nuestro queridísimo y añorado Petrovic), pero yo creo que en el caso de Jose la carrera es literalmente opuesta. Él ha sido un `hormiguita´ de esto y que en su día y con la ayuda de su familia (su padre fue jugador) se atrevieron a que el chaval iniciara una aventura incierta a la ciudad de Vitoria, a 668 kilómetros de su lugar de nacimiento, el pueblo pacense de Villanueva de la Serena. La clave del éxito la tienen un club, un jugador y muchísimas personas de su alrededor. El TAU, por haber hecho una apuesta con un chico tan joven y un trabajo sin parangón en el país. El jugador, por aprovechar al cien por cien una gran oportunidad, a pesar de que (y esto lo pienso yo, porque además se lo he dicho), es un jugador sin mucha suerte, ya que en su trayectoria se ha visto frenada muchas veces por estar lesionado. Así se perdió acontecimientos muy importantes, como el oro júnior de Lisboa, al tener una lesión en un tobillo –aunque posteriormente me confesara que podría haber jugado infiltrado, pero que hubiera sido forzar el tobillo y que a lo peor ahora estaría cojo, y que aquella difícil decisión de no hacerlo se la debía a un médico del TAU precisamente–. Esta última temporada, la operación del apéndice al empezar el `play-off´; anteriormente, otro inconveniente físico le hizo estar parado en la Euroliga; infinidad de contracturas en momentos importantes de temporada; luxaciones de hombro y una larga lista de problemas de esa índole. Para un jugador de este tipo las personas de alrededor más cercanas han tenido que ser no sólo importantes, sino también decisivas. Las cesiones de su club para que jugara en lugares como Fuenlabrada o Alicante las creo determinantes, ya no sólo porque allí jugara muchos minutos metiendo muchos puntos y cogiera una confianza letal en su juego, sino porque el jugador supo lo que era perder más partidos que ganarlos. Aprendió lo que era el amargo sabor del descenso en Alicante, y a pesar de eso se levantó siempre y siguió trabajando humildemente. Para mí un jugador que pasa por estas experiencias es mejor que otros que sólo saben estar en los momentos dulces. Las últimas `piedras´ que ha encontrado José Manuel en su camino son los dos subcampeonatos (entiendo que al menos uno de los dos sí debería de habérselo llevado el TAU), lo que ha tenido que ser también un varapalo para él. Pero está claro que estamos ante un ganador que se ha convertido desde los Juegos Olímpicos de Atenas en el mejor base español indiscutiblemente, y superior a bases de otras generaciones. Creo firmemente que por su gran físico es muy probable que haga historia en la mejor liga del mundo y que por fin tengamos un referente más al otro lado del charco. Que por qué le llamo Borrallo. Pues muy sencillo. Es una simple forma de no llamarle Calderón, ni Jose, ni 'Calde', etc. Yo le llamo así y él lo sabe. Es sólo una manera simpática de llamar a alguien conocido y que rápidamente te haga caso. Y además tiene madre ¿no? Pues eso, ¡que viva la madre que lo parió! ¿No? Y sólo tiene 23 años…

miércoles, 4 de abril de 2012

Demencia, Madness y Basket Music

07-12-2004 00:38:02 Gonzalo A. Gómez Valcárcel Una afición que marcó mi vida: La Demencia. Un grupo, Madness. Y una película, "Basket music". Me quedo con La Demencia de mi infancia. Con todos los respetos para la actual, nada como aquella que aseguraba la diversión en el Magariños; se ganara o se perdiera. Mi conocimiento se prolonga de subcampeonato a subcampeonato: en el primero (1981) tenía 8 años. Ahora han pasado 23. En 1981 no era ACB (algo así como el Antes del “Cristo” del Baloncesto), ni en la 81-82, ni en la 82-83, pero Martín Tello, Enrique Ojeda o Carlos Jiménez ("As") ya sabían lo que se cocía en el "Magata". Que le pregunten a Martín por el follón de los travestís en La Demencia –lo que publicó en una ocasión porque a los ingeniosos aficionados se les ocurrió vestirse en plan “Queen” a lo “I want to breek free”–, o el día que él se metió entre aquellos peculiares seguidores para saber de qué iba aquel rollo. El Estudiantes era pasión. La Demencia, gracias al "Gavioto” –desconozco si la inspiración del mote fue el célebre libro de Richard Bach, pero no me extrañaría nada– y al líder Garzón, supo ayudar a pasar la gran transición del subcampeonato del Estudiantes Mudespa (1981). Y es que cambiaron a once jugadores de aquella plantilla y se vistieron de buzones (Caja Postal). Pues bien, el entusiasmo de aquel grupo fue decisivo con un apoyo descomunal para que el equipo saliera a flote entre los años 1981 y 1984, ya que en este último año el equipo estuvo a cuarenta minutos de descender a Primera B. Al final, fue el Peñas de Huesca que entrenaba Arturo Ortega el que perdió la categoría. El caso es que mi equipo salió del atolladero. La Demencia quemó más de una vez parte del "Magata"; cortaba todos los días la calle Serrano, independientemente del resultado; el baño era continuo en Los Delfines, y el cántico, siempre el mismo: “¡Ito, ito, ito, metro gratuito!”. Y todo suponía volver a casa calentitos por las porras de los antidisturbios. Madness: Locura en inglés, como todo el mundo sabe. Célebre, como la propia Demencia, por sus grandes canciones, incluso utilizadas en un sinfín de anuncios para televisión. ¿Quién no conoce “It must be love”? ¿"Embarrestment"?, ¿"One Stop Beyond"?... Pues Madness fue un grupo de la época con la perfecta organización que tenía La Demencia y casi con el mismo nombre y la misma filosofía: la del follón bien organizado. Con esto ya tenía mi conexión música-baloncesto; fundamental para entender este deporte a mi manera. "Basket-Music": película de Julius Erving, mi ídolo deportivo y el jugador más elegante del que se copiaron muchas cosas; hasta la figura de su salto desde el tiro libre por parte del “perfecto” Jordan. Esa película llegó a mis manos en sistema Betamax y jamás la olvidaré, porque mezclaba música y deporte continuamente –¡qué tonto, el título ya lo indicaba!–, y los protagonistas eran los piscis (horóscopo del "Dr. J" y el mío propio, ¡qué fuerte!). Por aquel entonces jugaba a minibasket con Juanfra Garrido (d.e.p.) de entrenador en el "Estu" de los "mini-buzones". Llevaba el número 6, el de Julius. Y Juanfra era tan buena persona que hacía compatible jugar con el primer equipo y entrenar a una panda de mocosos… Algunos días Wayne McKoy (el único americano) bajaba a ponerles “gorros” a todos los niños que osaban culminar entradas en las canastas de mini de la desaparecida “caja de cerillas” (campos de "mini" transversales…) ¡Qué grandes tipos! ¡Qué locos estábamos todos! La Demencia, Madness, y "Basket-music"… Ahora ya no están ni Madness, ni "Basket-music". Y el entrañable y añorado “buzón” Juanfra tampoco; ni siquiera juega el 6 de los Sixers. Pero algo queda para siempre: La demencia, como una enfermedad incurable. Y eso es lo peor, que esa demencia es real ahora. Lo que nunca se quiso: una afición previsible.

sábado, 24 de marzo de 2012

...enterradores(y II)

¿Por qué “enterradores”? ¿Por qué estos ex entrenadores dejaron de luchar por ser lo que querían ser siendo muy jóvenes con la ilusión que demostraban? ¿Dinero fácil? ¿Dinero rápido? ¿Fracaso en la idea de ser lo que querían ser? ¿Su actual posición, da satisfacciones personales? ¿Es realmente legal lo que hacen? ¿Cuánto han cambiado al baloncesto español? ¿Cuánto han ayudado al jugador y cuanto al entrenador con sus gestiones? Estas y cien mil preguntas más no paran de martillear mi cabeza. Tal vez me han afectado mucho las últimas “retiradas” del “Sheriff” Manel Comas (recupérate pronto Manel) y el cese de Aito García Reneses el año pasado en Málaga. Con ellos se apaga un modelo de entrenador en España. Un estilo que dominó el baloncesto del “boom ´84”, que diseñaban, por encima de agentes, las plantillas de los equipos. Ni siquiera ellos los necesitaban para ser fichados ya que antes, los entrenadores eran muy conocidos en todo el territorio nacional. Mi amigo “Toñín” era uno de estos entrenadores que tenía por agente a Arturo Ortega. Jamás lo necesitó para fichar por ningún club. Los cursos a nivel nacional, campus y operaciones altura que impartía eran suficientes para ser conocido por toda España. Toñin me hablaba de Luciano Capiccioni, Valerio Maffia (este nombre lo “supera” todo), para fichar a tal o cual americano. Tenía vídeos proporcionados por ellos. Creo que de estos señores transalpinos aprendieron mucho los agentes españoles, al igual que la propia liga ACB lo hizo de la Lega Italiana cuando copio su modelo de liga superior. El entrenador español no interesaba a los agentes en demasía. No se movían tanto como los jugadores y tampoco conseguían estos, unos porcentajes importantes en personas que ya sabían colocarse en los clubes sin sus ayudas. Una copa del Rey abrió los ojos de mi amigo Toñín. Allí fue abordado por un presidente y un gerente de un club ACB gallego, que le transmitieron lo siguiente: “Toñin, hemos estado detrás de ti, pero tu agente nos ha dicho que estabas muy liado con el trabajo y que no podías hacerte cargo del equipo”. Mentira. Arturo (su agente) había colocado a un entrenador que le interesaba más para que este fuera despedido con precipitación y así cobrar más rápido el porcentaje acordado. Toñín dejo a Arturo Ortega para siempre en ese mismo instante. El añorado y fallecido Martín de Francisco, Morty, fue su último agente (una gran persona al que este mundillo no le pegaba en nada). Hubo muchas denuncias por parte del colectivo profesional español de entrenadores porque se estaban sucediendo muchas contrataciones por debajo del salario mínimo profesional. Esto hacía un daño terrible a la figura del entrenador. Los clubes acordaban “bajo cuerda” una cantidad con un entrenador(a la baja, por darle la oportunidad) y luego declaraban otra muy diferente a la liga. También, Aito García Reneses (lo único que se le puede echar en cara), colocaba entrenadores afines a él y que habían colaborado en sus campus o charlas (en su mayoría catalanes), pues los clubes le llamaban directamente para que les aconsejara por cual o tal entrenador. Todas estas circunstancias, unidas a que los directivos cada vez se fiaban más de los buenos jugadores que de los buenos técnicos (algo inculto y erróneo para este deporte), hizo que el entrenador español cayera en picado y que muchos de ellos empezaran a desaparecer al ser caros. Hay que pensar que en la mayoría de los casos, un entrenador serio de los ochenta/noventa no permitía (dicen que lo invento también Aito) cobrar menos que un jugador nacional y que, en todo caso, los americanos eran los únicos que podrían superar la ficha del técnico. Arturo Ortega. Todos sabemos que es el agente del mejor jugador español, Pau Gasol. José Ortíz, se encargo de la carrera meteórica de Sergio Rodríguez. Sólo centrándome en estos dos casos, es suficiente para analizar su labor, para mí de mayor interés crematístico que humano. Las declaraciones de la madre de los Gasol, María Luisa Sáez, en los medios de comunicación dejan muy a las claras las intenciones de su agente al intentar representar al pequeño de los Gasol, Adría, jugador que todavía no se le ve en el panorama nacional pero que promete unas cualidades importantes: (…)” le están chupando la sangre y se aprovechan de su popularidad para enriquecerse, han pasado de vivir en sitios normales a vivir en chalets de la Moraleja” “Estos tipos son unas sanguijuelas, no paran de chuparle la sangre a mi hijo” (sobre Pau). “Mi hijo es un menor (Adría) y ya lo quieren empezar a utilizar como a mis otros hijos. El diario Marca ya le hizo un reportaje sin mi consentimiento” “No paran de pedir más dinero a Pau, concretamente Arturo, y cada vez más. Empezaron llevándose un 15%, luego subieron a un 18% y ahora quiere un 20%”…) La Gaceta, 15 de noviembre de 2009. José Ortíz,se encargo de la carrera de Sergio Rodríguez, Lo llevo hasta la NBA cuando todos sabíamos que no estaba preparado. En la actualidad no pasa de ser base reserva en un equipo donde el base titular es un escolta (Llull). Sergio pagó muy caro la NBA. Aquel jugador que nos gano la semifinal contra Argentina en Japón con 14puntos (cuando los bases estaban fatal), se ha quedado sin olimpiadas, eurobasket y mundial. Tal vez sólo por ganar dinero demasiado rápido él y su agente. Sergio era toda una promesa y pudo llegar a ser el mejor en su puesto si le hubiesen cuidado. Un claro ejemplo de que la avaricia rompe el saco. En este caso agente y familiares tienen mucha culpa. El último caso, Luis Casimiro fichando, por Unicaja de Málaga, después de haber sido despedido de los dos equipos en puestos de descenso (Estudiantes y Valladolid), debería hacer reflexionar a todos y creer que nuestro baloncesto ha cambiado y qué, por desgracia, ya lo dominan en exclusiva agentes y jugadores. El entrenador, una pantomima del sistema. Debido en gran parte, a los "enterradores de baloncesto" “Para el dinero no hay religiones” (Voltaire)

viernes, 16 de marzo de 2012

De entrenadores a...(I)

1983-1984. Arturo Ortega dirige, con sólo 24 años, al Magia de Huesca en la primera edición de la denominada, por primera vez, competición ACB. Aunque el bautizo de la ACB data de 1982, no se disputa su liga hasta la temporada citada. El estreno del técnico no puede ser más desafortunado y cae en el tercer partido de desempate en el ‘play-off’ por la permanencia frente al Estudiantes de Paco Garrido y, por ende, pierde la categoría.

Casi dos temporadas después, Ortega entrena al Caja de Ronda de Málaga en la prestigiosa Primera B. El dinero entra en el baloncesto y la plantilla de aquel equipo tenía mimbres de sobras para el ascenso a la ACB. Nombres como Toñin Llorente, Quique Villalobos, Germán González y Mike Schultz juegan en el equipo malagueño. Pero en el camino del entrenador se cruza de nuevo un equipo que le deja, en este caso, fuera del ansiado ascenso en los ‘play-off’ a la ACB. Una fatalidad más.

Oximesa de Granada, con jugadores poco conocidos en aquellos momentos (Luis Álvarez, Eduardo Clavero, José Álvarez, Javier Ibáñez, Larry Spicer, Carlos Cabezas padre, etcétera) logra vencer 2-0 al equipo de Arturo Ortega. Esto es en 1986, sólo dos años después del ‘boom’ del baloncesto gracias a la selección española en Los Ángeles.

Por aquel entonces, para que veamos la dimensión a nivel económico de la plata de España, un entrenador, por ejemplo (no necesariamente es el caso de Ortega), podría cobrar antes de la cita olímpica (1983) un millón de pesetas de las de entonces en una temporada. En 1986, y en Primera B, esto se traducía en cobrar ese millón, pero mes a mes, en lugar de en un año. Es decir, unas diez veces más en sólo dos años y en una categoría inferior…

Arturo Ortega se queda en Málaga tras dos sonados fracasos en su meteórica carrera como entrenador. Lucha y consigue el ansiado ascenso a la ACB una temporada después (86-87). Comenzada la temporada ACB 87-88, sólo dura tres partidos en el banquillo ‘cajista’ (tremenda la confianza del club malagueño) y se hace cargo del equipo José María Martín Urbano, su ayudante, hasta que llega el fichaje del excéntrico y gran jugador en su época Moka Slavnic.

Creo que es el entrenador en la historia del baloncesto español que más se pudo dar cuenta de la dureza del puesto que ocupaba en el menor tiempo posible. Lo desagradecido que siempre es un banquillo en el mundillo del baloncesto.

Arturo Ortega sólo contaba 28 años. Los resultados son tan rápidos y fulgurantes como a la par de negativos en su carrera como entrenador. Decide dejarlo por completo. Fracasa totalmente en su intento de ser uno de los entrenadores más jóvenes en la mejor liga europea.

José Luis Ortiz, entrenador madrileño formado en el colegio Menesiano del parque de las Avenidas de Madrid, es fichado por la cantera de Estudiantes y es el hombre de confianza del presidente del club, el tristemente desaparecido Alejandro González Varona. Ortiz llega a ser entrenador del segundo equipo del Estudiantes, el EBA, una categoría que en aquel entonces era muy importante porque sólo por encima de esta existía la ACB. También pasó por el primer equipo de Fuenlabrada cuando este club se acababa de formar y todavía no estaba en la máxima categoría.

José Ortiz pudo haber sido entrenador del primer equipo de Estudiantes. En la larga estancia en el banquillo de Pepu, este mismo fue ‘amenazado’ cuando los resultados en su etapa fueron esquivos. Era el reemplazo cantado de Pepu, pero los resultados mejoraron y Ortiz nunca tuvo su oportunidad.

Ortiz terminó enfrentado a los entrenadores más importantes del club de Ramiro (la nefasta relación con Ángel Goñi le marcó) y finalmente Varona no le pudo respaldar. Su currículo en el club son dos temporadas en la liga EBA (96-97 y 97-98) y, posteriormente, el club (que ‘nunca echa a nadie’) le ofreció un júnior B (primer año) para que, ante la sabida negativa del entrenador, éste saliera por la puerta de atrás y cruzara el ‘puente de plata’ hacía la nada.

Arturo Ortega se une a José Antonio Arízaga para ayudarle en la agencia del segundo. Así comienza la historia del segundo capítulo de este incompleto artículo. José Ortiz se uniría más adelante a Arturo Ortega para ser dos de los agentes más importantes del panorama baloncestístico español.

viernes, 24 de febrero de 2012

El último encuentro

A lo largo de la vida los apasionados al baloncesto vemos muchos partidos; lo normal es que veamos más partidos que los días que vivimos (si echamos la cuenta, tan poco es tan difícil llegar a esta cifra). Pocos de nosotros utilizamos la palabra encuentro cuando hablamos entre nosotros. En exclusiva, cuando te designan un partido como árbitro, sí que tienes un encuentro y debes de hablar de número de encuentro si te refieres a tal o cual partido. Pero ese es el respeto que tenemos que guardar a un enfrentamiento y la responsabilidad que tenemos ante ellos.

Este último encuentro se jugaba en la fase final júnior de Madrid entre los equipos de Estudiantes y Real Madrid de las generaciones de 1979 y 1980. Un 20 de abril de 1997, para ser exactos.

Antes de esta fecha, pude jugar, ver, dirigir y arbitrar muchos partidos y algunos, por especiales que fueron en mi vida, diría que los considero ‘los encuentros’. Pero eran encuentros de ‘otros’ familiares cercanos que influían demasiado en mi vida. Yo no dejaba de ser un espectador de excepción. Aquel día, volví a ser un espectador de excepción, pero ya me jugaba algo en el propio envite.

Para empezar, tengo que confesar que aquel día me hice del Real Madrid. Este ‘travestismo’ o pecado mortal si se enteran los de mi clase de la E.G.B. de Ramiro, venía a cuento, pues yo tenía que ver ganar al Madrid esa misma tarde. Contra Estudiantes, sí, contra mi equipo desde niño y menos niño, sí. Pero esa no era la razón. Mi razón estaba justificada: Yo dirigía a un equipo júnior del colegio Menesiano que necesitaba (cosas de las federaciones) que el Real Madrid fuera campeón de Madrid.

El hecho de haberme enfrentado al Real Madrid en el primer partido de liga y no al Estudiantes, me otorgaba un puesto superior en la selecta A-1 (12 equipos y yo quería ser el 9º y no el 10º) siempre y cuando el Madrid de Charly Sáinz de Aja ganara esa final.

Esta fase final se jugó en el pedazo de pabellón (más ahora) del Cerro del Telégrafo de Rivas y se llegó a los dos últimos partidos con todo por jugarse para los cuatro contendientes.


Algo surrealista se anunciaba ya en el tercer y cuarto puesto. Al final del encuentro entre el equipo de Chema Rodríguez (uno de esos grandes entrenadores de formación poco reconocido), Alcobendas y el Disermoda San Fernando Dribling de Luis Guil (no creo que haga falta su presentación), fue el presagio de la que se avecinaba. Un triple del base del equipo de Alcobendas desde el medio del campo daba la victoria y la clasificación a su equipo para el sector del Campeonato de España (entraban tres equipos). La primera gran derrota de Guil en un banquillo se gestaba de forma cruel, muy cruel. Hasta ese momento su equipo empataba el partido.

Y justo después llegó ‘el último encuentro’. El que me podía dar un puesto mejor en la clasificación final de Madrid.

Fue un auténtico rollo toda la primera parte. El Madrid daba una paliza al Estudiantes. Se habían enfrentado muchas veces en el campeonato de Madrid y Charly Sáinz de Aja y sus muchachos se llevaban la final con una superioridad enorme. Recuerdo que el Madrid logró un 75% de acierto en tiros de dos en los primeros 20 minutos (los cuatro periodos no existían todavía) y en el descanso te daban ganas de irte a tu casa.

Yo estaba tan contento, pues esa jornada me había salido bien como ‘madridista por un día’ y me quedé para ver más paliza. Estudiantes se fue al vestuario con 28 puntos anotados (un poco más que a punto por minuto) y el Madrid con 59 (para 118 si no me salen mal las cuentas). 31 puntos de diferencia al descanso entre dos equipos que se conocían hasta los cordones de las zapatillas. Surrealista, pero cierto. No había tanta diferencia en estas generaciones.
Pero, ¿qué paso para que este fuera el último encuentro (que no partido), para mí?

El Madrid salió a la pista y anotó otra canasta más. 33 puntos de diferencia y…

¿Un equipo puede remontar un partido 33 puntos abajo en unos 19 minutos y pico? ¡Imposible! ¿Puede remontarlo y ganar por más de diez puntos? Más imposible todavía. La famosa campaña de ‘Impossible is nothing’ de una marca deportiva muy famosa llegó tarde para grabar este encuentro y mostrarlo como una gesta propia de atletas.

Pues sí, a veces pienso que el pecado de hacerme pasar por ‘madridista por un día’ se volvió en mi contra por completo.

Estudiantes ganó el partido por trece puntos. El parcial total del segundo tiempo después de la canasta del Madrid fue de 20-66 en algo más de 19 minutos. Es decir, que de los 33 puntos del Madrid a los -13 del final van 46 puntos de diferencia de Estudiantes al Madrid en 19 minutos (94-81). Esto era para una película de marcianos. ¿Alguien vio algo parecido alguna vez? Yo, no.

No existe manual de lógica que explique un fenómeno así. Hubo una estrella aquel día, un jugador que tiraba de su equipo y que en vez de tirar al aro, tiraba a una piscina. Luis Ojalvo.

Coincide la diferencia del Madrid (-33) con su anotación en ese partido (33). Sin Luis Ojalvo (ni sexto hombre de la plantilla), acompañado por sus compañeros Rubén Ibeas (24), Paco González (pívot para coger todos los rebotes), y el base que no quiso llegar a la ACB (porque no le dio la gana) Luis Muñoz (12) fueron los que orquestaron la remontada más importante que haya podido ver en mi vida y que no creo que pueda volver a ver nunca jamás.

Todos los allí presentes estábamos acojonados. Cada ataque del Madrid era un despropósito. Cada ataque de Estudiantes era canasta. Es posible que fuera la mitad que menos balones se perdieron por parte de un equipo (Estudiantes) en la historia. Sólo lo saben ellos, los protagonistas.

Todo el mundo quería el vídeo del partido para hacer un psicoanálisis (‘scouting’ se quedaba como una palabra absurda) de la situación. Dicen que el director general de Estudiantes y entrenador de ese equipo, José Asensio, tiene el vídeo del encuentro pero no suelta prenda. Debe tenerlo como un tesoro escondido.
El Real Madrid ese año fue campeón de España y el Estudiantes sólo séptimo, pero ya fueron al campeonato a jugar, eso, partidos de baloncesto…
La estrella, Luis Ojalvo, jugó en un EBA la temporada siguiente (Bansander), experiencia de la que no guarda buen recuerdo.

Luego, Luis fue llamado por Txus Vidorreta para su equipo EBA de La Palma, con el que consiguió ser campeón de la categoría (no pudo subir a LEB por dinero) y subcampeón en la siguiente temporada (ya sí subió). Pero Luis no siguió.

Luis Ojalvo, el héroe de aquel partido lo recuerda casi como si fuera su último encuentro. Él ya no pudo jugar más al baloncesto. Una operación (por una trombosis) de una de sus piernas (con el riesgo de perderla) le dejó fuera del juego.

Ahora tendremos en forma de celebración a posteriori un último encuentro de amigos para celebrar que el partido de aquella final jamás se nos puede olvidar.
Ya queda escrito para siempre.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Viejo y sabio


Hace poco me designaron para arbitrar con compañeros de la Liga LEB en Madrid. Con uno de ellos estuve arbitrando un jueves en la ciudad deportiva del Real Madrid. Arbitrar con alguien que tiene un nivel muy alto en el arbitraje y que debería de estar en la máxima competición (ACB) hace mucho tiempo a uno le llena de orgullo y confiere respeto. Juan Pedro Morales es uno de esos ídolos deportivos sin él saberlo y creerlo. Es más, él pensaba que había arbitrado más veces conmigo y yo le tuve que decir que no, que eso no había sido posible. La idolatría llega en forma de verle innumerables veces, de observar cómo dirigía la categoría más importante de Madrid como es la primera nacional y de su lucha, junto a otro árbitro ACB (David Soto) por la independencia del árbitro en el comité con respecto a sus federaciones. Juanpe (es como le llamamos, su nombre de guerra, en la capital) tiene mi misma edad pero posee infinita e inmejorable experiencia y categoría más que uno.

Ese mismo sábado actuaba con un árbitro más joven. Otro árbitro LEB, pero de escasos 30 años, de calidad contrastada en Madrid y mal tratado en la Federación Española. Un árbitro que tuvo que pagar el pato de la desaparición de la LEB Bronce, y después de pasar dos años en la EBA, luchar para volver donde le corresponde. Para mí, después de que en la ACB han logrado sus árbitros que la edad pase a un segundo término entiendo que la antediluviana FEB debería tomar nota y no subir a tanto chavalito que de baloncesto sabe muy poco y sí a gente más formada, pues el deporte siempre está en la cabeza y no tanto en los pies, en la apariencia, en el musculito o en las relaciones públicas…


Jose Luis López Córdoba es el árbitro más querido en Madrid de su categoría y debería ser el representante para poder optar a un puesto en la ACB. Por calidad técnica y calidad humana. Nadie es mejor que él.

El domingo yo estaba designado para el partido de mi categoría autonómica junto al árbitro que más impacto me había ocasionado. Iba de principal con un árbitro de setenta años, que ya era árbitro cuando yo jugaba, que apenas sabía botar una pelota, y mis padres me recordaban que era un mini ‘buzón’ del Estudiantes que no paraba de decir a mi entrenador (Juanfra Garrido) “Juanfra, ¡sácame!, ¡sácame!”, porque quería solucionar un partido.

Este señor que responde al nombre de guerra ‘Antoranz’ (Francisco Tajahuerce Antoranz) es el ‘viejo y sabio’ del arbitraje madrileño. ¿Qué hacía yo en esa situación? Un señor que en el internado del Ramiro me había dicho aquello de Serrat “Niño, eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca”, “deja ya de joder con la pelota”. Paco, que tiene un parecido enorme (así le llamaban en Estudiantes) con el desaparecido Fernando Fernán Gómez, no sólo me dio lecciones de jugador, sino que me las dio de entrenador y de árbitro cuando comenzaba.

Me parecía un insulto que alguien con licencia 598 (y todo porque contaron con su primer apellido cuando éstos los daban por orden alfabético) fuera el árbitro auxiliar en un partido de categoría senior cuando somos de la misma categoría y mi licencia no es más que un moderno 2.469…
Paco pitaba hasta hace bien poco con silbato de bolita, con pantalones grises y, según me dijo él, le costó dejar unas zapatillas rojas que le duraron mucho tiempo. Arbitrar con él es una experiencia grata.

No toca el balón para sacar de fondo o en defensa, si señalas una falta de árbitro de cabeza (línea de fondo), él la marca de cola para no perder tiempo y no tener que cambiar de posición. Quién sabe si en el futuro veremos esta forma de señalar para un baloncesto más rápido…
Paco llego a Madrid con cuarenta años, procedente de Sevilla, donde también arbitró pero donde comenzó tarde. Lleva ya treinta años ininterrumpidos dando clases en Madrid. Ya su mente está puesta en sus hijos, a los que metió de oficiales de mesa. Alberto es ACB ya y David, de la liga EBA. David le acompaña cada quince días, desde que tenía 16 años (ya tiene 25), a sus aventuras de fin de semana para arbitrar en Chinchón, Aranjuez, Colmenar de Oreja o Villarejo de Salvanes.

Lo que importa nunca es el dinero. Es la experiencia, la amistad lograda en todos los campos por donde va y el respeto que infunde aunque ya no vea tan bien, y no pueda correr tanto. David y él se dan un homenaje después de arbitrar y anotar (comilona) en la localidad correspondiente y se van a otra aventura por la tarde haciendo los kilómetros que hagan falta.

Todos los partidos de Paco tienen la misma importancia y el mismo valor. Él sigue poniéndose nervioso antes de arbitrar. Si no, lo dejaría. Es un hombre que salva la competición que muchas veces no entendemos. Es un amante del baloncesto; eso sí, muy correspondido.
Y quiere seguir en la brecha. Quiere que llegue el Mundial de España 2014 y ver a su hijo Alberto en las mesas de oficiales. Y si puede ser, ver a David también. Este hombre, viejo y sabio, habrá cumplido con todo lo deseado. Paco sigue trabajando y sigue arbitrando. Un día, Álvaro Herrera (un gran ex árbitro) le dijo que no sabía “si había perdido una profesión”. Para Paco esto no es una profesión, es algo más. Es una forma de vida.

“Tan lejos como puedo ver, hay sombras acercándose a mí y para aquellos que dejé atrás, quiero que sepan que siempre compartieron mis pensamientos más profundos y me siguieron a donde iba. Cuando sea viejo y sabio, las palabras amargas no me importarán, los vientos de otoño soplarán a través de mi y algún día en tiempos de niebla, cuando me pregunten si te conocía, sonreiré y diré que eras mi amig@ y la tristeza se levantara de mis ojos cuando sea viejo y sabio”

Old and wise. Viejo y sabio. The Alan Parsons Project. 1982…
y yo tenía 9 años…

martes, 10 de enero de 2012

Algunos hombres buenos

Mi hermano (hace una década) el mayor, de siete hermanos, me regalo una foto de su equipo de mini basket de Estudiantes donde aparezco de mascota con el trofeo a su lado y detrás escribió lo siguiente: “No sé si tus comienzos en el baloncesto tuvieron algo que ver con el instante que muestra la fotografía. Desde luego, primero fuiste espectador y luego actor. Creo que es importante no desprenderse de la personalidad del espectador y combinarla con la del actor” (…) “De todos los de la foto (de Ramiro todos), sólo yo pude llegar a la antesala de la máxima categoría (tal vez por salir de Estudiantes). Los demás se quedaron por el camino”…Cucho, el 7.
Lo que mi hermano no cuenta es que el padrino de su propia hermana Bárbara fue la persona que le despidió del club de manera indirecta o muy directa (Pablo Casado) al fichar al madridista Miguel Ángel Martín que se traía a todo su equipo júnior.
Muy sabio mi hermano (entrenador superior, politólogo y Doctor en Música europeo) siempre me recuerda a Baltasar Gracián del siglo XVII y su frase “Al varón sabio más le aprovechan sus enemigos que al necio sus amigos”, para que pueda comprender ciertas decisiones…
A mí, me ha ido pasando lo mismo que a él. La diferencia es que él no continúa en esta locura y yo sí.
Gracias a esa “jugarreta familiar”, él pudo disfrutar jugando al lado de Alberto Herreros, Alberto García Chapuli , Jesús Trueba, etc y a las ordenes del gran Charly Sáinz de Aja en el Real Canoe N. C. de mayor nivel júnior que uno pudo conocer. Once/doce años antes de que Charly fuera de oro, ya era un grandísimo entrenador.
Pero dentro de Estudiantes hay gente buena, muy buena gente a pesar de sus innumerables equivocaciones. De unos valores eternos.
Jose Castellano se acaba de marchar. Muchos no sabrán ni que ha sido este hombre dentro del club. ¿Para mí?, un compañero en los noventa como entrenador (cuando yo empezaba), un “contrario” cuando él llevaba la generación del 79 (júnior B de Estudiantes de Luis Muñoz y cia) y yo ya estaba “exiliado” en mi queridísimo Menesiano (que miedo tenía al equipo de “curas” cuando jugamos del 5º al 8º de Madrid con Luis Guil en Disermoda Dribling San Fernando y el todopoderoso Canoe) de la 95/96…
Después fue mi gestor, al principio, de la mejor actividad que me han dejado y he podido hacer en Ramiro durante nueve años (1995-2004). La liga Interna de Baloncesto (L.I.B.), sentando las bases de una lúdica y gratuita competición por y para el Ramiro en exclusiva.
En la temporada 1997-1998 dejo que me entrometiera en su colegio, el de sus padres y hermanos. Me dejo llevar el San Patricio Mini Basket del 86, equipo que fue elegido el mejor del colegio en el 40º aniversario del mismo. Conocer a sus hermanos Antonio y Curro, así como a sus padres fue todo un privilegio.
Diez años después se metió a arreglar Estudiantes dejando de lado la palabrería, los ideales que no llevan a ninguna parte, el protagonismo de la prensa de luz y taquígrafos, y se enfrento al “loco” de Javier Tejedor de frente.
2008 es el año del 60º aniversario y coincide con la muerte parcial del club. Hay muchas cosas que se han muerto, muchas amistades rotas, ha habido una guerra de secesión y el club ya no será el mismo. Amistades indestructibles se han ido al carajo por querer ir en el mismo barco cuando, a lo mejor, no había tanto sitio para todos…o había puestos “okupados” a bordo que no deberían…
Pero todos han remado para que la S.A.D. (el verdadero enfermo terminal) se haya salvado. A ninguno se le puede restar méritos.
En la temporada 2009-2010 Jose Castellano y Jose Canales me dieron la tercera oportunidad (étapa) de entrenar en el club y llevar al equipo de Ramiro en la fase final fabulosa de Badalona´10.
Pero ya era demasiado tarde. Me di cuenta de que el club estaba más enfermo que la propia Demencia y en cuanto me pusieron problemas para ejercer mi labor de árbitro con la de entrenador (en la temporada siguiente-10-11), no dude en (sorprendiendo a propios y extraños) elegir arbitrar que seguir en un club desconocido en valores para mí y lleno de “hienas” de entrenadores, más “escaladores” que “pedagogos” y con una dirección deportiva dictatorial al más puro estilo del que construyo el propio centro.
A Jose Castellano le regale una foto del “Sanpa Mini” como hizo mi hermano cuando yo era una simple mascota/espectador. Es la foto que acompaña a este texto junto a la del mini de mi hermano.
Le agradecí en ella su fe en mí. Porque sólo él y José Canales creyeron en mi como persona que colabora de verás para que las cosas del club salgan bien (campus de arbitraje en Granada).
Ahora, Las tablas Colegio Estudiantes. Espero que algún día podamos compartir alguna tablita para jugar a este juego maravilloso. Hasta las que había en la nevera (las de ajedrez) un “iluminado” las pinto de azul…lo que no sé es en qué tono de azul. Si el azul cyan o el marino, el de la derecha del escudo o el de la izquierda. Qué más da…
Un abrazo y GRACIAS eternas, Castellano.