miércoles, 11 de abril de 2012

Borrallo

10-07-2005 02:38:36 Conocí a José Manuel Calderón Borrallo el verano de 1996, cuando me disponía a sacar el título de entrenador de segundo nivel en el querido Colegio Menesiano de Madrid. Por aquel entonces, a una persona de la Federación Española de Baloncesto, Alberto Gómez Pastor, se le ocurrió la feliz idea de que acudiera como entrenador en prácticas a la preselección española cadete 81, que se reunía en el INEF de Madrid. Preselección dirigida por el entrenador del Ricoh Manresa, Xavi Rodríguez, ayudado por Chus Mateo (segundo de Scariolo en el Unicaja). La preparación física la dirigía José Canales (Estudiantes) y por supuesto que había mucho más `staff´ técnico tan bueno como los citados, pero siento no recordar sus nombres. José Manuel sólo tenía 14 años. Era uno más en aquella selección y, como todos, tenía mucho miedo de no pasar el corte y quedarse sin formar parte de los doce definitivos. Yo estaba convencido de que era un fijo como escolta, ya que de base jugaba Hugo García, que en aquel momento venía del Madrid y tenía un gran nivel. Pero José Manuel era un chico inseguro, demasiado humilde, y no creía que pudiera quedarse por eso. Cuando lees la última entrevista suya en 'Gigantes' no es de extrañar que diga: “Es a la primera selección donde veo que voy fijo” (la absoluta, claro). Lo que siempre ha tenido Jose es una capacidad de sacrificio y una disposición al trabajo envidiables por cualquier jugador profesional. He tenido la suerte desde pequeño de conocer infinidad de jugadores profesionales que han salido de la cantera; que han venido desde los Estados Unidos (ya sea de la universidad o desde la NBA), y hasta algunos que han venido con su anillo ganado en la mejor liga del mundo. Muchos de ellos han sido hasta 'héroes' para mí. Pero desde que conocí a Jose y seguí su trayectoria en nuestro baloncesto, me di cuenta de que estoy ante un ejemplo para todas aquellas personas que tienen una forma de ver el baloncesto en España y que desean que el jugador español sea un referente. Calderón tiene más mérito porque no es un jugador exclusivo de talento. Es más, yo creo que hubiera sido un simple `jugadorucho´ de no haber trabajado tanto. Existen jugadores con talento innato que trabajando mucho llegan muy lejos (el ejemplo de nuestro queridísimo y añorado Petrovic), pero yo creo que en el caso de Jose la carrera es literalmente opuesta. Él ha sido un `hormiguita´ de esto y que en su día y con la ayuda de su familia (su padre fue jugador) se atrevieron a que el chaval iniciara una aventura incierta a la ciudad de Vitoria, a 668 kilómetros de su lugar de nacimiento, el pueblo pacense de Villanueva de la Serena. La clave del éxito la tienen un club, un jugador y muchísimas personas de su alrededor. El TAU, por haber hecho una apuesta con un chico tan joven y un trabajo sin parangón en el país. El jugador, por aprovechar al cien por cien una gran oportunidad, a pesar de que (y esto lo pienso yo, porque además se lo he dicho), es un jugador sin mucha suerte, ya que en su trayectoria se ha visto frenada muchas veces por estar lesionado. Así se perdió acontecimientos muy importantes, como el oro júnior de Lisboa, al tener una lesión en un tobillo –aunque posteriormente me confesara que podría haber jugado infiltrado, pero que hubiera sido forzar el tobillo y que a lo peor ahora estaría cojo, y que aquella difícil decisión de no hacerlo se la debía a un médico del TAU precisamente–. Esta última temporada, la operación del apéndice al empezar el `play-off´; anteriormente, otro inconveniente físico le hizo estar parado en la Euroliga; infinidad de contracturas en momentos importantes de temporada; luxaciones de hombro y una larga lista de problemas de esa índole. Para un jugador de este tipo las personas de alrededor más cercanas han tenido que ser no sólo importantes, sino también decisivas. Las cesiones de su club para que jugara en lugares como Fuenlabrada o Alicante las creo determinantes, ya no sólo porque allí jugara muchos minutos metiendo muchos puntos y cogiera una confianza letal en su juego, sino porque el jugador supo lo que era perder más partidos que ganarlos. Aprendió lo que era el amargo sabor del descenso en Alicante, y a pesar de eso se levantó siempre y siguió trabajando humildemente. Para mí un jugador que pasa por estas experiencias es mejor que otros que sólo saben estar en los momentos dulces. Las últimas `piedras´ que ha encontrado José Manuel en su camino son los dos subcampeonatos (entiendo que al menos uno de los dos sí debería de habérselo llevado el TAU), lo que ha tenido que ser también un varapalo para él. Pero está claro que estamos ante un ganador que se ha convertido desde los Juegos Olímpicos de Atenas en el mejor base español indiscutiblemente, y superior a bases de otras generaciones. Creo firmemente que por su gran físico es muy probable que haga historia en la mejor liga del mundo y que por fin tengamos un referente más al otro lado del charco. Que por qué le llamo Borrallo. Pues muy sencillo. Es una simple forma de no llamarle Calderón, ni Jose, ni 'Calde', etc. Yo le llamo así y él lo sabe. Es sólo una manera simpática de llamar a alguien conocido y que rápidamente te haga caso. Y además tiene madre ¿no? Pues eso, ¡que viva la madre que lo parió! ¿No? Y sólo tiene 23 años…

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