miércoles, 13 de febrero de 2013

Cuando el cielo puede esperar

“No te preocupes Gonzalo, ya nos conoceremos, hay más días que ollas” Estas eran las palabras (que como madrileño al principio no entendía), de Paco Rengel hace bastante tiempo ante mi insistencia de conocernos en persona, pues llevábamos casi nueve años juntos compartiendo vivencias en los artículos de su web, su “niño” (él no deja hijos) “Basketconfidencial”…

Sabía lo que le ocurría pero desconocía el alcance y el tratamiento. Hable con él después de salir del hospital y me dijo “volveremos con fuerza en Basketconfidencial”. Note en él unas inmensas ganas de vivir y me tranquilice mucho. Le pedí que escribiera el parón en la web (no me gustaba que pareciera abandonada) y el 12 del 12 del 12 publico la última noticia…


El 4 del 4 del 4 comencé el camino con él. Me regalo la publicación de 59 artículos. Me ayudo a ser feliz y poder pensar en escribir cada vez que podía tener una necesidad de hacerlo. Las noches (hasta la madrugada) que pasaba escribiendo los artículos fueron momentos muy emocionantes y estimulantes. La espera a su aprobación (era mi “arreglista” con permiso) y la publicación de los mismos, los vivía con una emoción indescriptible.

Paco volvió a ingresar en el hospital y no paraba de comunicarme con su entrañable mujer, Rosi, al menos, casi cada dos días para preguntar por él.

El pasado jueves 7 de febrero ya no pude aguantar más y le dije a Rosi que viajaría ese día porque yo no creía en lo de “hay más días que longanizas”. Me cogí mi Saxo verde de 67 c.v. 1.1 y me hice los más de 500 km desde Madrid a Málaga. Llegue a un hostal, tire las cosas y me fui al hospital a toda “pastilla”. Cuando llegue a su habitación (le llevaba una camiseta del Estu bajo el brazo y una revista donde él había escrito), Rosi me dijo que había sido el peor día de Paco y que estaba muy mal. Pase a la habitación dos minutos junto a su padre (Paco Rengel Sr.) y su hermana Lola y se acabaron  “los días y las ollas”. El cielo de Paco me quiso esperar, tal vez…

Le di la camiseta a su mujer (le explique muy rápido que lo más importante era el escudo con las cinco letras de I.R.M. y E.C.) y la revista, por supuesto. Me fui a tomar algo caliente con el padre y su hermano Fernando a la cafetería del hospital. Me contaron de “pe a pa” como era Paco Rengel y como había sido en vida. Un héroe del medio (yo ya había leído “ADN” y “Periodismo, triples y tiros libres”) pero me aclararon toda la verdad y las claves de, sobre todo, ADN, libro autobiográfico, que deberían de recomendar en la carrera de ciencias de la información para tener los valores y principios adecuados para la posterior profesión. 

Me despedí de ellos de forma efusiva y quede con Rosi en que la llamaría al día siguiente…

El viernes me desvele y me fui del hostal, baje a  desayunar rápido, tenía que estar en Madrid a las 18h para entrenar a mi equipo. Cuando estaba terminando,  recibí una llamada y en la pantalla apareció el nombre de Paco Rengel…

“Hola Gonzalo, soy Rosi, Paco ha…” “estamos en Parque Cementerio, sala 16…”

Alfonso Queipo de Llano también me llamo y me lo dijo. Llamé a Madrid para que me dirigieran el entrenamiento, suspender partidos del sábado y me quede con la familia. El padre y el hermano (Fernando) me invitaron (no me dejaban ni moverme) a comer junto a sus sobrinos y primos. Allí les pedí permiso para, en el postre, leerles las palabras entrañables que había dejado escritas, en ACB.com, el amigo de Paco (Eduardo Portela), palabras claras y concisas (bajo mi punto de vista).

Por la noche apareció, posiblemente, el mejor amigo de Paco, José María Martín Urbano, que había mandado a hacer puñetas la Copa del Rey en Vitoria y que pudo llegar de madrugada al tanatorio. Yo le espere porque ya le conocía, le salude cariñosamente y luego me fui a dormir unas horas.

A la mañana siguiente, día 9 a las 9h despedimos a Paco. Le incineraron, misa de media hora y llego el momento más emocionante…

Óscar Lisbona, protagonista del libro de Paco “Coma…punto y seguido. Historia de una superación” se subió al estrado una vez acabada la misa protocolaria, y “rompiendo con todo” leyó una dedicatoria preciosa y muy emocionante hacia la persona que más le había ayudado a superar un accidente de tráfico casi mortal en 2003.

Así era Paco.  

Paco: El viaje fue el más maravilloso que he tenido. Conocer a tu padre, a tu mujer, a tu hermana Lola, a tu hermano (fotocopia física) Fernando, a tus sobrinos y volver a ver a gente como Martín Urbano, colmó “algo” la tristeza de tu marcha. Algo muere en mí. Como lágrimas en la lluvia o como los rayos cuando llora el sol de Málaga. 

Por tu madre también, por supuesto.              

Gracias amigo. Ahora que te ganaste el cielo en la tierra o la tierra en el cielo, recuerda que un día volveremos a jugar nuestro partido favorito del 19 de junio de 2010 en Badalona (final A6 series colegiales A.C.B.) Tu cole, S.E.K. de Málaga se enfrento al mío, Ramiro de Maeztu. Fuimos a la prórroga. Esa, la jugaremos otra vez ¿vale?, siempre y cuando en el cielo me vuelvas a esperar, si me lo gano, por supuesto… porque siempre me costara mucho igualarte. Gracias por darme VIDA y SALUD.

¡¡¡HASTA SIEMPRE!!!

*Homenaje a Paco Rengel Valderrama, fallecido el viernes 8 de febrero de 2013 a los 52 años.

*De un amigo y articulista de Basketconfidencial.com

Gonzalo A. Gómez Valcárcel.